Nos han dicho que ahora con la crisis tenemos que reducir nuestras necesidades y nuestras aspiraciones. Que tenemos que ganar menos dinero y trabajar más. Quieren decir que van a cargarse los sueldos, que van a pagar cuando quieran y si quieren y que vamos a trabajar como siervos medievales.

Nosotros decimos: a pesar de todo, ¡puede ser!

Nos han dicho que tenemos que tener paciencia y que las cosas van a mejorar cuando se hayan producido los cambios estructurales necesarios. Quieren decir que van a cargarse todo lo que conquistamos con sudor y sangre, que no habrá Convenios Colectivos, ni derechos registrados, y que tendremos que hacer frente solos, de uno en uno, a los chantajes empresariales.

Nos han dicho que tenemos que tener paciencia y que las cosas van a mejorar cuando se hayan producido los cambios estructurales necesarios. Quieren decir que van a cargarse todo lo que conquistamos con sudor y sangre, que no habrá Convenios Colectivos, ni derechos registrados, y que tendremos que hacer frente solos, de uno en uno, a los chantajes empresariales.
Nos han dicho que «todos juntos nos lo comimos», y que por tanto lo pagaremos todos juntos. Nuestros compañeros son un millón y medio de parados, los 700.000 trabajadores que no cobran, los tres millones que viven bajo el umbral de la pobreza. Los suyos, los que tienen cuentas millonarias en el extranjero, las ganancias y las inversiones. Durante décadas de lucro no nos lo comimos juntos. ¿Tenemos que pagar las «pérdidas» todos juntos?
Y, con descaro, van más allá y nos dicen muchas más cosas todos los días los empresarios y sus gobiernos, las troikas y las alianzas ladronas, la Unión Europea y el FMI. ¡La cuestión es qué decimos nosotros!
Como asociación sindical, en base a la situación que se viene configurando para nosotros los trabajadores y con motivo de la abolición de los convenio laborales colectivos, decimos:
Para vivir tenemos que trabajar y que cobrar. Cobrar de una forma digna, de modo que podamos cubrir nuestras necesidades básicas. Y trabajar tanto como sea necesario para que trabajen todos. Por ello, reivindicamos un nuevo Convenio Colectivo en nuestro sector, para que nuestro trabajo no se convierte en una jungla y en un matadero. Para que no sea una cuestión que tratará cada uno, individualmente, ante el patrón, sino una cuestión colectiva, registrada. Todos juntos podemos imponer mejores condiciones. Si va cada uno por su lado salimos perdiendo.
Decimos que 127 años después de que se estableciera la jornada de 8 horas (en 1886, a raíz de la revuelta del Uno de mayo), la revolución tecnológica y la ciencia han multiplicado por cien la productividad y nosotros seguimos trabajando 8 horas (en el mejor de los casos). Es decir, que producimos cien veces más beneficios para los patrones, pero hay 1,5 millones de parados. Reivindicamos, por tanto, una jornada de 6 horas (30 horas semanales, con 5 días laborables y trabajo estable), para que trabajen los parados y que se reduzca la deshonra de la explotación. Reivindicamos que nuestro trabajo sea remunerado con al menos 900 euros como salario mínimo (por 30 horas), que es lo establecido como mínimo para la supervivencia hoy en día. Dinero hay, todos los sabemos. Basta con echar un vistazo a los depósitos bancarios, las inversiones, los inmuebles y los «baúles» del capital.

Nos dicen que no hay otro camino posible al que marcan los gobiernos, las troikas, el FMI y la UE, a favor de los patrones. Les decimos: para sus intereses no hay otro camino posible. Pero se debe imponer la prioridad de nuestros intereses. Nuestros intereses, nuestros «memorándum», los de los trabajadores, que exigimos que pierdan la riqueza, el poder y la fuerza todos aquellos que nos condujeron hasta la miseria, el paro, la servidumbre y el caos.

¡Nos dicen que eso no puede ser! Les decimos que para nosotros es el único camino posible para vivir con dignidad. Puede ser, con luchas duras y colectivas (así es como lo conquistamos), con dignidad, solidaridad y unidad. Con nuestras manos y nuestros cerebros, no delegando y esperando. No nos va a salvar nada más que nuestra lucha.Por eso los convenios colectivos tienen tanta importancia. De su existencia depende nuestra capacidad de negociar nuestra fuerza laboral. Su abolición nos deja indefensos ante la explotación y la arbitrariedad patronal. El Convenio Colectivo del sector del libro, como el de cualquier otro sector, es una necesidad y una exigencia. Lucharemos por él con fuerza, junto con todos los trabajadores y todos los elementos de nuestra clase que se encuentran en lucha, por nuestros intereses y por nuestra vida.
Un momento clave en nuestra lucha colectiva,

que se lleva a cabo fuera y dentro de los tajos,es la huelga del jueves 23 de mayo de 2013 en el sector del libro
¡Estaremos todos allí!
Concentración y manifestación > 10:30, en el Centro Cultural (Solonos & Asklipioú)
Después, en los locales de la asociación, comida colectiva


Fuente: Asociación Sindical de Trabajadores en Librerías, Papelerias y Editoriales (Atenas)

Grecia. Huelga en el sector del libro en Atenas Jueves 23 de mayo