Durante el periodo 2004-2008, mientras los beneficios de las empresas del metal han tenido un crecimiento anual de un 12% de media, los salarios y las condiciones de trabajo han sufrido un claro empeoramiento. Según la OCDE los salarios han decrecido en un 5% en ese mismo período.
Las multinacionales del sector han sido punta de lanza en las políticas de deslocalización de empresas a pesar de tener inmensos beneficios, demostrando que no tienen bastante con esos beneficios sino que han de conseguir el máximo aunque sea a costa de dejar en el paro a cientos o miles de familias.
El chantaje del cierre de las empresas que significan las deslocalizaciones, ha conseguido un rebaje de condiciones de las plantillas afectadas y un efecto “disuasorio” al resto, donde los sindicatos mayoritarios han ido firmando acuerdos claramente regresivos. Esos sindicatos se han negado a unificar las luchas de las empresas en conflicto excusándose en una resistencia empresa a empresa que se ha demostrado totalmente inoperante.
La bajada de ventas del automóvil ha sido la causa central por la que el sector del metal ha situado centenares de EREs en los años 2008/2009. Las empresas constructoras han presentado expedientes, mayoritariamente temporales, pero que repercuten a las empresas proveedoras, contratas y subcontratas del sector del metal de manera más traumática. De esa manera plantillas que multiplican por cuatro o cinco veces a las empresas matrices pero que tienen unas condiciones mucho más precarias sufren graves consecuencias y son excluidas rápidamente, incluso de las prestaciones del desempleo.
Y no podemos olvidar las repercusiones de este sector tan importante, en el resto de la sociedad. Miles de pequeñas empresas, tiendas o pequeños comercios se quedan sin un sustento cuando los trabajadores no tenemos capacidad de consumo. Eso se está produciendo ya, en amplias zonas de los barrios obreros.
La tímida respuesta de los sindicatos mayoritarios ha desoído nuestra propuesta de una Huelga General, cuestión ésta que desde CGT valoramos como la respuesta necesaria a la situación que atravesamos y a lo que puede venir en el futuro cercano, de seguir los datos económicos en la línea de los últimos meses.
Es evidente que los costes laborales no son los causantes de los problemas del mercado. La evolución histórica del sector refleja unas rentabilidades y beneficios muy altos. Además, las productividades de los trabajadores/as del sector son de las mayores del mundo, reconocidas en los informes de las autoridades y por los consultores privados.
La crisis actual es producto de las turbulencias financieras de los últimos años que tienen el origen en una economía convertida en un “casino” donde se apuesta a ver quien “roba más y mejor” sin que las supuestas autoridades mundiales y estatales hagan nada al respecto.
Los gurus del sistema se han empeñado en convencer a la población de que el mejor futuro pasaba por un incontrolable consumismo y por la desregulación absoluta de controles sobre unos capitales que siguen trasladándose globalmente.
Las políticas desreguladoras y de flexibilidad adoptadas por empresas, multinacionales, y los gobiernos que les apoyan, sumadas al incremento de los tipos de interés desde el Banco Central Europeo, han generado un empeoramiento de las condiciones de empleo, con sueldos por debajo de una renta aceptable en el mercado actual, que ha llevado a grandes capas de la población a retener el consumo en cuanto se han producido las primeras alarmas de crisis económicas.
Para la FESIM-CGT la actual crisis no es sólamente una crisis financiera, ésta es una crisis de salarios y condiciones sociales ya las dobles escalas salariales en convenios, las rebajas de sueldo a cambio de “restructuraciones salvadoras” o para impedir nuevas deslocalizaciones, han generado una pérdida importante de la capacidad de consumo. Si a esto sumamos las hipotecas, los préstamos y los incrementos del IPC, está claro que nos han rebajado nuestro nivel de vida.
Hoy podemos asegurar que el mito de la competitividad que nos ha intentado vender el capitalismo, ha sido un total engaño y la peor mentira en la que han caído los sindicatos mayoritarios creyéndose y asumiendo esta cuestión. Desgraciadamente para la sociedad actual, teníamos razón la CGT cuando luchábamos y negábamos que aceptar peores condiciones nos aseguraría el futuro y la estabilidad laboral.
En todo caso las direcciones sindicales mayoritarias se han excusado hasta ahora en una clase obrera a la defensiva y que, sobre todo en las capas más jóvenes, no tienen ni experiencias ni voluntad de lucha.
Pero esta excusa no justifica nada, ellos han sido unos de los culpables de la degeneración de la conciencia de clase con los pactos sociales regresivos, las renuncias a la movilización y sobre todo con la aceptación de políticas clientelistas en materia de contratación y de prebendas individuales.
El hecho significativo de cierre concursal en Esteban Ikeda (proveedor de Nissan en Cataluña) donde se han encerrado los trabajadores y sindicatos para defender sus puestos de trabajo, demuestra la situación a la que nos enfrentamos en el corto plazo : cientos de miles de trabajadores pueden aumentar, aún más, las listas del paro. La lógica lleva a pensar que más tarde o más temprano, todos los sindicatos estamos obligados a cambiar de estrategia y asumir que la defensa del tejido industrial pasa por una movilización general, en la calle y unificando las luchas para obligar a empresas y gobiernos a reaccionar.
Este es el planteamiento que queremos transmitir al conjunto de los trabajadores/as del metal y a los delegados y militantes de todos los sindicatos :
Debemos movilizarnos contra los expedientes y cierres de empresas, de manera unitaria, firme y no cediendo a los chantajes de las empresas.
Con manifestaciones en la calle, pero sobre todo con una actitud firme de todos los sindicatos contra los EREs y a favor de negociaciones colectivas a favor de las plantillas.
Hay que ir hacia una movilización general, huelga o paro, que obligue a la patronal del sector y a los Gobiernos Central y Autonómicos a buscar soluciones que mantenga el empleo y abran una solución para el futuro de la industria.
Y planteamos una reivindicación elemental en estos momentos : Si no hay trabajo, REDUZCAMOS LA JORNADA A LAS 35 HORAS, SIN REDUCCION DE SALARIO.
Zaragoza, 22 de enero de 2008
EN DEFENSA DE LOS PUESTOS DE TRABAJO EN LA INDUSTRIA :
¡MOVILIZACION Y HUELGA GENERAL !
Fuente: FESIM-CGT