Fue detenida en Terrassa, bajo la aplicación de la ley antiterrorista, por la guardia civil y conducida a Madrid donde pasó 5 días en sus calabozos, donde sufrió duras torturas que le ocasionaron diversas lesiones y que sirvieron para que le hicieran firmar todo lo que le pusieran por delante.
Al declarar ante la Audiencia Nacional denunció haber sufrido torturas y desmintió todas las declaraciones que le habían obligado a firmar. El juez no hizo caso y ordenó su ingreso en prisión preventiva acusada de colaborar con la organización armada ETA, y posteriormente fue condenada a nueve años de prisión con las únicas «pruebas» (si es que se pueden considerar pruebas) que declaraciones extraídas bajo tortura a varias personas detenidas.
Desde que fue detenida y encarcelada se le aplicó un régimen de control penitenciario muy duro y totalmente irregular, sino ilegal. Nos referimos al régimen FIES y la dispersión.
El Fies es un régimen de control de la persona toma muy estricto y que vulnera muchos derechos fundamentales de la persona. Le controlan y restringen las visitas, las llamadas telefónicas, viven un aislamiento dentro de la prisión en módulos y patios separados del resto de presos, controlan a familiares y amigos y reciben un trato hostil por parte de los funcionarios.
La dispersión consiste en mantener tomado el más lejos posible de su entorno social y familiar, cuando sus propias leyes dicen todo lo contrario. Esto lo hacen para intentar acabar con el propio preso haciendo que pierda el contacto con su familia y amigos y que se encuentre aislado. Además también afecta a las personas que tienen que visitar que deben recorrer grandes distancias con el desgaste económico que supone y el peligro de los accidentes de tráfico. Desde su encarcelamiento ha pasado por varias cárceles de Madrid, por Badajoz, por Alicante, por Valencia, y actualmente se encuentra en la prisión de Wad-Ras de Barcelona.
SAT siempre hemos considerado a Laura como una presa política, es decir, que su encarcelamiento es fruto de un conflicto político que el estado no lo quiere resolver sino es con medidas represivas, y nosotros creemos que esta no es la solución. Por este motivo no nos hemos cansado nunca de ofrecer nuestra solidaridad, de denunciar públicamente su situación y la del resto de presas y presos políticos y de exigir su libertad, y así lo seguiremos haciendo hasta que todos los presos y presas estén en la calle.
Fuente: Solidaritat Antirepressiva de Terrassa