Bajo el capitalismo, las vidas de las personas trabajadoras no tienen ningún valor. Ahora que comienzan semanas de altas temperaturas, queremos recordarte que ningún trabajo puede ser más importante que tu salud y tu bienestar.

Desde la Confederación General del Trabajo (CGT) se lanza una campaña para concienciar sobre el peligro de ganarse la vida en situaciones donde el estrés térmico puede matar. Hay determinadas tareas que, si son realizadas durante las horas del día donde las temperaturas son muy elevadas, pueden suponer graves riesgos para la integridad física de las personas. La probabilidad de que se produzcan accidentes -agravando patologías previas o dando lugar a afectaciones de la piel, agotamiento, agotamiento, golpes de calor-, aumentan, e incluso pueden causar la muerte.

¿Cómo actuar ante el riesgo de exposición a temperaturas extremas?

Puedes solicitar a tus representantes legales o la empresa la evaluación de riesgos de tu puesto de trabajo, porque en ella se tiene que haber valorado el riesgo de estrés térmico, señalándose las actividades preventivas para su eliminación, reducción y control (artículo 16 LPRL y capítulo II RD 39/1997, RSP).

Si no te facilitan el acceso a esta información, o si no se aplican las medidas preventivas, contacta con tus representantes y valora qué acciones, tanto sindicales como legales, puedes llevar a cabo o son más adecuadas: movilizaciones, denuncias públicas, solicitudes para que se cumpla la normativa a través de Inspección de Trabajo y Seguridad Social (ITSS), demandas judiciales, paralización de la actividad por exposición a riesgo grave o inminente, etc. (artículo 21 LPRL).

¿Qué medidas preventivas podemos llevar a cabo para evitar el estrés térmico?

-Organizar el trabajo evitando la exposición al aire libre en las horas de mayor insolación, sobre todo en periodos de olas de calor con la posibilidad de adaptación de las condiciones de trabajo, entre ellas el horario a las franjas de menos calor.

-Rotar en la realización de tareas, para evitar al máximo la exposición.

-Evitar trabajar de forma aislada.

-Disminuir la intensidad del trabajo realizando pausas frecuentes en lugares frescos y a la sombra.

-Llevar ropa holgada, de color claro y transpirable.

-Beber agua fresca de forma frecuente y en pequeñas cantidades.

-La persona trabajadora debe estar “aclimatada” al calor, es decir, estar adaptada fisiológicamente a los cambios que se puedan dar en su lugar de trabajo habitual.

-La persona trabajadora tiene que haber recibido información y formación sobre los riesgos y la forma de evitarlos, los síntomas del estrés térmico y los procedimientos ante emergencias.

-Tener en cuenta al personal especialmente sensible. Las personas sometidas a estrés térmico no deben tener problemas de salud (exceso de peso, edad, problemas cardiocirculatorios, etc.).

-Tener en cuenta la protección de la maternidad.

-Ofrecer a las personas trabajadoras la vigilancia de la salud en función de los riesgos inherentes a su trabajo.

-Si fuera necesario, se debe interrumpir la actividad y abandonar el lugar donde se desempeña el trabajo.

-Realizar una planificación de aquellas tareas más pesadas para hacer en las horas de menos calor.

-Aumentar la frecuencia de las pausas de recuperación.

-Prohibición de determinadas tareas conforme a la evaluación de los riesgos laborales en situaciones de fenómenos meteorológicos extremos.

 

Os dejamos más información de interés relacionada con esta campaña en el boletín contra el estrés térmico que se puede consultar y descargar desde esta entrada de nuestra web.

 

 
Campaña confederal contra el estrés térmico:  “No nos mata el calor, nos mata el capitalismo”.