Desde la inauguración –02 de mayo de 1991– apenas se han realizado inversiones que mejoren el acceso a la estación, así como a los andenes y otras estancias. El abandono y la falta de mantenimiento –desde hace bastantes años– provocan situaciones tan lamentables como las escaleras fijas situadas en los laterales de la estación (Avda. Kansas City; C/ Pablo Iglesias), pues existe el riesgo de caída de los ciudadanos y trabajadores que acceden o salen de ella, ya que carecen de señalización reglamentaria de los peldaños de las escalinatas, así como la no existencia de pasamanos intermedios.
Por otro lado, en horas que abarcan desde el ocaso hasta el amanecer, los pasillos laterales carecen de suficiente iluminación. Reseñar también que las aceras que circundan la estación presentan socavones y levantamientos, con el consiguiente peligro que esto conlleva para las personas viandantes y trabajadoras de las distintas empresas ferroviarias.
Asimismo, la cubierta de los andenes de la estación lleva lustros sin pasar ningún tipo de revisión, sabiendo los responsables de ADIF que los tragaluces de las mismas están descolocados, haciendo que cuando llueve caigan, literalmente, cataratas de agua por los mismos y creando piscinas en los andenes y, no solo eso, sino que las tuberías que deberían canalizar el agua están corroídas por el óxido (algunas con agujeros de tamaño considerable, cosa que no se produce en dos días), añadiendo aún más agua a las mencionadas piscinas de los andenes.
En unos andenes por los que cada día pasan miles de personas, esto ha provocado más de un accidente tanto a viajeros como a trabajadores del sector ferroviario.
CGT denuncia también el lamentable estado de “los paneles de señalización de horario de los trenes” que están averiados más días que funcionando. No es normal la desidia en materia de información al público y que estos paneles no sean renovados dada su caótica situación y antigüedad, no acorde con los nuevos sistemas de información.
Respecto a las oficinas situadas en la planta tercera, algunas de ellas presentan grietas en las paredes sin que hasta la fecha se haya realizado un informe arquitectónico sobre la situación, o no se tiene noticia de ello, además carecen de servicios (aseos) para las personas trabajadoras con discapacidad.
El sector ferroviario de CGT denuncia públicamente que ADIF incumple la legislación vigente sobre seguridad y salud y prevención, así como las más básicas normas de confort y habitabilidad en unas instalaciones públicas donde se incumple gravemente el artículo 43.1 de la Constitución Española, en el que se reconoce el derecho a la protección pública, y el art. 43.2, que dice que compete a los poderes públicos organizar y tutelar la salud pública a través de medidas preventivas y de las prestaciones y servicios necesarios.
Se hace preciso resaltar que CGT ha comunicado en tiempo y forma a ADIF, en múltiples ocasiones, la urgente necesidad de adoptar medidas sobre la caótica situación de Sevilla Santa Justa, recibiendo siempre la callada por respuesta y el ignorar las comunicaciones, demostrándose la desidia y desinterés de la empresa pública y sus gestores.
El sector ferroviario de CGT hace una invitación pública al nuevo presidente de ADIF para que se dé una vueltecita por la estación de Santa Justa y pueda comprobar la deplorable situación que presenta y la nefasta imagen que transmite a la ciudadanía. Comprobado por su parte, se hace urgente la tramitación de un presupuesto económico para subsanar las múltiples deficiencias de accesibilidad y confort que Santa Justa presenta para personas usuarias del ferrocarril y trabajadoras. Las inversiones en remodelación, cuidado y adecentamiento de estaciones deben llegar también a Andalucía y no quedar reducidas a Atocha, Chamartín u otras del territorio nacional.
La situación de Santa Justa y del resto de estaciones andaluzas solo refrenda la del conjunto del ferrocarril en Andalucía, tal y como el sector ferroviario de CGT viene denunciando reiteradamente y participando en acciones de concienciación al respecto, como las marchas que se están llevando a cabo en la línea Bobadilla-Córdoba, denunciando el estado de abandono en que se encuentra la red ferroviaria andaluza, la falta de inversiones y la nefasta gestión de ADIF, RENFE y el Ministerio, que ponen en evidencia la indiferencia y la desidia por solucionar los problemas que desde hace años padece el ferrocarril en Andalucía. Desde Madrid, los gobiernos de turno (PSOE, PP) han ninguneado a nuestra comunidad autónoma desde hace años, anteponiendo los intereses políticos al interés de la ciudadanía respecto al transporte público ferroviario.
Andalucía, con una población de ocho millones de habitantes, se encuentra en situación de emergencia ferroviaria, y más de la mitad de las capitales de provincia andaluzas carecen de trenes de cercanías. Somos la segunda comunidad más extensa en territorio y de mayor número de habitantes de España, y a pesar de todo, nos siguen tomando el pelo y somos despojados del derecho al servicio público ferroviario.
Es hora de alzar la voz, de reclamar un transporte público andaluz acorde a los nuevos tiempos y a las características propias de nuestra comunidad. Basta ya de agravios y discriminaciones a Andalucía y a sus ciudadanos.