El activista de 43 años ha sido encarcelado por el Estado marroquí, que le ha condenado a 20 años de prisión, en una nueva operación contra los derechos civiles de la población.
La Confederación General del Trabajo (CGT), a través de su Secretaría de Relaciones Internacionales, ha dirigido una carta al Gobierno de Marruecos condenando la represión hacia Naser Zefzafi y exigiendo su inmediata puesta en libertad.
La organización anarcosindicalista, a través de David Blanco (Sº de RR.II.), ha manifestado que estas actuaciones, sumadas a la larga trayectoria que el régimen alauita ha demostrado con quienes se rebelan y luchan contra la opresión ejercida sobre sus libertades y derechos más elementales, no pueden pasar inadvertidas por la Comunidad Internacional. CGT, como organización internacionalista, no puede mirar hacia otro lado cuando se producen este tipo de ataques contra los derechos de quienes luchan por la libertad y por el reconocimiento de los derechos humanos desde hace décadas.
La organización anarcosindicalista ha recordado que Nasser Zefzafi lidera el Movimiento Popular Rifeño desde su nacimiento, a finales de 2016, como respuesta del pueblo a los abusos de las fuerzas represivas del Estado hacia los trabajadores y las trabajadoras. El detonante de esta reacción popular fue la muerte trágica de un vendedor ambulante de pescado, que perdió la vida en un contenedor tras buscar la mercancía que la policía le había requisado en el mercado. Mohssine Fikri, de 31 años, se convirtió en un símbolo de la desesperación social y la rabia contenida de una generación sin futuro. Nacía de esta manera el Hirak o Movimiento Popular Rifeño.
Nasser ha sido clave en este movimiento, destacando desde el primer momento por sus denuncias sobre corrupción y los abusos de poder. Su activismo le llevó a la cárcel en mayo de 2017, tras los choques violentos desencadenados a raíz de la brutalidad policial en unas manifestaciones de protesta contra la situación socioeconómica en este territorito montañoso del norte de Marruecos.
CGT considera que 20 años de prisión por luchar por los derechos de las personas en Marruecos no pueden recaer sobre nadie, y recuerda que Marruecos, precisamente, no es ejemplo de país garante de libertades ni derechos sociales. Por todo ello, la CGT ha exigido la puesta en libertad sin condiciones del activista rifeño Zefzafi, a la vez que realiza un llamamiento al Estado español para que reconsidere las relaciones que mantiene con el país vecino cuando mantiene en las cárceles a gente inocente y persigue a miles por ejercer la libertad de expresión e información.