Para CGT, la “Declaración para el Impulso de la Economía, el Empleo, la Competitividad y el Progreso Social” firmada el 29 de julio de 2008 entre el Gobierno, la patronal y los sindicatos llamados mayoritarios, representa la puesta en escena mediática de un acto de cinismo, retórica, demagogia, vaguedades, tópicos, falta de compromiso y falta de la más mínima autocrítica sobre las responsabilidades, causas, efectos, consecuencias y soluciones de la crisis económica profunda que sufrimos, especialmente, los trabajadores y trabajadoras.

Los contenidos de esta Declaración representan un enroque de los firmantes en sus propias políticas de pactos y diálogo social que vienen manteniendo desde hace bastantes años, validando sus resultados y no asumiendo ninguna responsabilidad sobre la situación de crisis económica por la que estamos pasando.

Como el mismo nombre indica, estamos ante una Declaración que no contempla más que generalidades y eufemismos sobre el diagnóstico de la crisis económica, posponiendo su intervención a la vuelta de vacaciones. El texto comienza con el reconocimiento de una crisis económica que se viene fraguando y manifestando ya desde varios años atrás, aunque este hecho hayan sido incapaces de reconocerlo antes de las pasadas elecciones políticas, en las que sólo se podía hablar de crecimiento económico.

Sólo hay una concreción en toda la Declaración, la referida a las ayudas que van a dar a las empresas para superar la crisis. El resto de políticas concretas por las que se apuesta como modelo de intervención son exactamente las mismas que han venido aplicando (modelo productivo basado en la I+D+I ; políticas de empleo ; políticas de inmigración ; igualdad en el empleo ; formación e inversión en capital humano ; negociación colectiva ; sostenibilidad, mejora y adaptación del sistema de protección social…).

Como consecuencia de estas políticas, se han desmantelado sectores productivos como metal, telecomunicaciones, energía… mediante EREs pactados y posteriormente pagados con dinero público, se ha desmantelado con convenios colectivos con dobles escalas salariales, con precariedad extrema en la contratación, con el endurecimiento del acceso a las pensiones, con el despido libre y barato, con reformas que niegan la propia negociación colectiva. Por tanto, o estas políticas son las responsables de la crisis o no son la solución para la misma. Al no aportar ninguna política nueva, implícitamente se evidencia el pleno acuerdo entre gobierno, patronal y sindicatos en que la crisis seguirá golpeando a la clase trabajadora.

Para CGT, el diálogo y pacto social ha conducido siempre a la pérdida de derechos del conjunto de trabajadores y trabajadoras. Estamos hartos de mentiras : las reformas laborales, la competitividad, la productividad, la flexibilidad… significan que hay que producir más barato, por tanto, hay que reducir costes y el coste primero a reducir son abaratar los salarios, endurecer las condiciones para obtener una pensión, reducir los puestos de trabajo, la precariedad en la contratación, abaratar los despidos, aumentar la edad de jubilación…

¿Para cuándo hablar de inversiones contantes y sonantes que contemplen el cambio de modelo de una economía de servicios a una economía productiva ? ¿Para cuándo un modelo económico en que el trabajador sea protagonista en la organización del trabajo ? ¿Para cuándo el reparto del trabajo y la riqueza ? ¿Para cuándo garantizar el derecho al trabajo, reducir la jornada laboral, recuperar el poder adquisitivo… ?

Toda la Declaración suena a vacío ya que las medidas que podían haber adoptado nunca las han hecho. Por ejemplo : no privatizar y mantener la gestión pública de los servicios públicos como garantía de la justicia social, aumentar el gasto en educación pública hasta el 6% de PIB, no usar la formación profesional al servicio exclusivo del mercado laboral, no usar a las personas inmigrantes como objetos con capacidad de producir beneficios, denunciar y rebelarse contra la directiva de las 65 horas, no desarrollar un Estatuto del Empleo Público que implanta un modelo empresarial en la administración pública introduciendo conceptos mercantilistas en la gestión del servicio público, etc.

Finalmente, la Declaración garantiza un mayor reconocimiento institucional a la patronal y sindicatos firmantes, eso significa más subvenciones a la patronal, más liberados, locales y subvenciones a los sindicatos firmantes.

Esta Declaración valida todo el diálogo social anterior, lo fortalece y defiende. Para CGT todo el proceso anterior ha significado una pérdida continuada de derechos de los trabajadores y trabajadoras, el desprestigio del sindicalismo, la facilitación y complicidad en la aplicación del modelo neoliberal que nos impone nuestra integración en la Unión Europea.

Desde CGT, reiteramos nuestro compromiso de lucha en la defensa de los derechos de la clase trabajadora para no pagar la crisis económica en la que nos ha sometido el modelo económico capitalista.


Fuente: Secretariado Permanente del Comité Confederal de la CGT

«Cinismo, retórica, demagogia, hipocresía y falta de autocrítica»