Tras un periodo plagado de citas electorales que a mucha gente le hicieron concebir esperanzas de que mediante nuevos gobiernos sus problemas pudieran solucionarse, hemos comprobado que esto no ha sido así.

Al contrario, nos encontramos ante una situación extremadamente difícil, de emergencia social, que nos convoca a dar una respuesta colectiva y masiva de la clase trabajadora, la ciudadanía y los pueblos, como perspectiva para todas y todos aquellos que están luchando y que sufren las contradicciones de este sistema que solo genera paro, precariedad, pobreza y violencia.

Al contrario, nos encontramos ante una situación extremadamente difícil, de emergencia social, que nos convoca a dar una respuesta colectiva y masiva de la clase trabajadora, la ciudadanía y los pueblos, como perspectiva para todas y todos aquellos que están luchando y que sufren las contradicciones de este sistema que solo genera paro, precariedad, pobreza y violencia.

Millones de trabajadores y trabajadoras se encuentran sin empleo. Tener unas manos para trabajar, disponer de tu capacidad tanto manual como intelectual y no encontrar un trabajo digno es humillante. Se está desperdiciando el talento colectivo de una sociedad, hipotecando indefinidamente su futuro. Los trabajadores y trabajadoras no nos merecemos este atropello a nuestra dignidad colectiva.

Cientos de miles de familias han perdido su casa. No hay nada más inhumano que desalojar a una familia de su hogar solo para alimentar la voracidad insaciable de unos banqueros sin escrúpulos. Banqueros a los que los estados siervos de la Troika alimentan a costa de empobrecer aún más a la clase trabajadora y a las personas más indefensas.

Mientras, la patronal, aprovechando el drama del paro masivo, aprieta las tuercas a la baja de los salarios y de las condiciones de trabajo a las personas que aún tienen un empleo. La juventud trabajadora ha sido sometida a una doble escala salarial generalizada. Trabajadores y trabajadoras, sobre todo inmigrantes, que, ante la difícil situación, no pueden siquiera cuestionar su papel de meros explotados/as por el capital. Hoy más que nunca es preciso estrechar lazos y reafirmar que «nativa o extranjera, todos somos la misma clase obrera».

A su vez, un millón de personas han emigrado en los últimos años. La inmensa mayoría jóvenes a quienes se les niega la posibilidad de forjar un proyecto de vida digno y se ven abocados a buscarse la vida en el extranjero como antes hicieron nuestros padres y abuelos. No podemos por ello señalar a las personas migrantes como responsables de la crisis, sino como sus primeras víctimas.

El patriarcado. Un modelo de sometimiento para la mitad de la población

Las mujeres decimos no a un sistema patriarcal que nos arrastra a épocas del pasado y que nos impide avanzar en igualdad, quitándonos el derecho a decidir sobre nuestros cuerpos, extendiendo los crímenes machistas, intensificando la desigualdad como refleja la creciente brecha salarial, y provocando la vuelta a los hogares para dedicarnos a la crianza y los cuidados, sin reconocimiento ni remuneración. Asimismo, nuestras madres se ven abocadas a la pobreza con pensiones míseras cuando es su trabajo el que ha mantenido y mantiene la vida y la economía productiva.

Reclamamos, Pan, Trabajo, Techo, e IGUALDAD.

Contra la tenaza de la Deuda impuesta por la UE y el FMI.

El gobierno del PP y demás gobiernos de todos los colores, ejecutan al dictado de la Troika (Fondo Monetario Internacional, Banco Central Europeo y Comisión Europea), políticas consistentes en el robo de derechos y el empobrecimiento generalizado de la mayoría social. Estas políticas que se fundamentan en el pago de una Deuda ilegítima que no han contraído los ciudadanos y ciudadanas, son producto de la especulación bancaria y los excesos de los distintos gobiernos. La degradación de los derechos sociales y medioambientales se degradará, aún más, con el CETA (Tratado de Libre Comercio entre la UE y Canadá).

Tras la modificación del artículo 135 de la Constitución por el gobierno del PSOE, con el apoyo del PP, la aplicación del Tratado de la Zona Euro de 2012, impone a todas las administraciones públicas, incluida la Seguridad Social, objetivos de Déficit destinados a adelgazar sin límites el gasto público en servicios sociales y las pensiones públicas.

La reducción del gasto en servicios públicos junto con la privatización de todo lo rentable (el último eslabón es AENA) y la subcontratación de la prestación de servicios públicos con empresas privadas que obtienen sus infames beneficios precarizando al máximo las condiciones laborales, sirven al mismo gran objetivo: poner a disposición del capitalismo en crisis los mejores pedazos de la tarta de los presupuestos públicos. El resultado es el desmantelamiento de la sanidad y la educación públicas, así como de los servicios sociales, a mayor gloria de la empresa privada. El aumento escandaloso de los gastos militares al servicio de las guerras imperiales refuerza nuestra reivindicación de salir de la OTAN y desmantelar las Bases.

Con una mayoría de pensiones públicas que no aseguran el mínimo necesario para sobrevivir – más de la mitad de los pensionistas cobra por debajo del salario mínimo y cerca del 40% de las familias dependen de una pensión -, con el vergonzoso copago de medicamentos para los pensionistas y el atraco a nuestra «hucha de las pensiones», se preparan nuevos ataques contra las pensiones públicas, al amparo del infame «Pacto de Toledo», en beneficio de los planes de pensiones privados.

El drama del pueblo griego y la aceptación por el gobierno de Syriza de todas las imposiciones de la Troika, incluso con la victoria del NO en el referéndum, muestra con toda claridad cómo la UE y el Euro actúan como camisa de fuerza para ahogar la soberanía popular. En su contra es preciso promover la lucha y la unión de la clase obrera y de los pueblos de Europa.

Ruptura con el Régimen del 78

Al capitalismo le estorban las libertades y los derechos de la mayoría social. Es un sistema que busca exclusivamente el beneficio privado de unos pocos y que nos lleva inexorablemente a una catástrofe social y medioambiental de alcance incalculable.

Y cuando se protesta, siempre obtenemos la misma respuesta: la represión y criminalización del sindicalismo de clase y de los movimientos sociales. Es un sistema que necesita la represión, que genera leyes como la Ley Mordaza para mantenerse y que debe ser superado con la lucha en la calle. Una ley que demuestra a las claras que mientras las y los que luchan son multados, detenidos y condenados a prisión, los que especulan con nuestras vidas se van a vivir a Suiza, como el caso de Urdangarín.

Ahora, la aprobación de leyes que dejan las manos libres al esquirolaje y limitan el derecho de huelga, que aceleran el desalojo de viviendas ocupadas, o el nuevo pacto social que se está cocinando con la complicidad de las burocracias sindicales para un nuevo Estatuto de los Trabajadores, son nuevas vueltas de tuerca que nos atenazan y a las que hay que enfrentar con organización y lucha obrera y popular.

La descomposición del régimen surgido de la Constitución del 78 se hace evidente. Nació contra el pueblo, está corroído por la corrupción y no tiene ninguna legitimidad. A los capitalistas herederos del franquismo, se les han sumado los nuevos ricos del PSOE y de otros partidos en los diferentes gobiernos – que amasaron sus fortunas con las privatizaciones y la escandalosa corrupción. Esta corrupción generalizada que, no lo olvidemos, está en el código genético del sistema capitalista, actúa con total impunidad precisamente por la supervivencia de todas las estructuras de poder herederas de la Dictadura: monarquía borbónica, justicia, fuerzas armadas, policías de todo tipo, iglesia católica, altos cargos de la administración, etc.

Es este Régimen podrido el que se vio sacudido por la movilización popular y el que pretende asentarse sobre la miseria de la inmensa mayoría de la clase obrera, la precariedad laboral y social, la represión de la lucha social y de los derechos nacionales de los pueblos del Estado español.

Las Marchas de la Dignidad, al tiempo que reconocemos la legitimidad del derecho de los pueblos a decidir soberanamente su destino, les llamamos a luchar unidos contra ese régimen corrupto, estrechando los lazos de clase que nos permitan avanzar, aquí y ahora, en la lucha contra el capitalismo y su puño de hierro: la UE y la OTAN.

Al tiempo que exigimos la libertad para Alfon, Bódalo, y para todas las presas y presos encarcelados por luchar, planteamos que la Ley Mordaza y el conjunto de la legislación antiterrorista deben ser derogadas.

Las Marchas de la Dignidad tienen como método fundamental de trabajo unificar las luchas.

A su alrededor se van agrupando,y llamamos a agruparse a pensionistas, desempleados y desempleadas, mujeres en lucha por la igualdad y contra las violencias machistas, las trabajadoras y los trabajadores en conflicto – incluidas las personas que están luchando por el retorno a la gestión pública -, a las que luchan por una educación y sanidad públicas gratuitas y de calidad, a quienes denuncian a las empresas que depredan el medio ambiente, etc. Llamamos a sumarse en fin, a todas aquellas personas que creen que otro mundo, más justo y solidario, además de posible, es necesario.

En la lucha difícil que hemos emprendido por un cambio real, no un simple cambio de gobierno, necesitamos que quienes estemos dispuestos a pelear nos unamos. La construcción de poder popular exige pasos pacientes y firmes que no se dejen seducir por los cantos de sirena de falsas soluciones institucionales que tan caro pagamos en la Transición y que hoy, en el marco de la Unión Europea, son más engañosos que nunca.

TODOS Y TODAS A MADRID EL 27 DE MAYO

En ese camino, de construcción paciente y firme de la fuerza necesaria para cambiar de verdad las cosas y construir una sociedad a favor y de las y los trabajadores, para el que sabemos que la huelga general es una herramienta muy importante de conciencia y organización, llamamos a llenar de dignidad y rebeldía la capital del Estado español, Madrid, el 27 de mayo de 2017.

Ese día llegaremos columnas de todos los pueblos y naciones del estado a Madrid y también desde la emigración. Al tiempo que convocamos a la clase obrera y a todos los pueblos del Estado español a movilizarse, hacemos un llamamiento especial al pueblo de Madrid, antifascista y solidario, a incorporarse a esta gran movilización.¡

PAN, TRABAJO, TECHO E IGUALDAD:

  • En defensa de pensiones públicas dignas y a cargo de los Presupuestos. No al Pacto de Toledo.
  • Por el empleo estable, salarios dignos y la renta básica: Derogación de las reformas laborales.
  • Por la libertad de las personas presas y procesadas por luchar. Amnistía.
  • Por el no pago de la deuda. UE y FMI fuera ya de aquí
  • Por la defensa de los Servicios Públicos como derechos esenciales.
  • Contra el feminicidio: Nos queremos vivas, ni una menos


Fuente: Marchas de la Dignidad

Llamamiento a la participación en la manifestación convocada por las Marchas de la Dignidad el 27 de mayo