El pasado lunes 8 de junio UGT, CCOO y la empresa acordaron la firma del enésimo Despido Colectivo en Unitono, histórica empresa de telemarketing que, desde el mes de noviembre de 2019, forma parte del Grupo GSS, tras ser adquirida al 100% por su sociedad matriz Global Sales Solutions Line, que depende, también desde el año 2019, de la multinacional italiana Covisian.
El acuerdo da por buenas las concurrencias de unas causas para dejar sin trabajo a 38 personas, 36 personas con la categoría de teleoperadora y 2 coordinadoras. En total 31 mujeres despedidas y 7 hombres, la mayor parte despidos forzosos. De estas 38 personas, el 86% no alcanza a cobrar ni el salario mínimo interprofesional, por lo que el paro que les espera será una auténtica miseria.
Todo empezó el 6 de marzo, en aquella antigua realidad previa al Covid-19, reanudándose en mayo sin que la empresa se molestara ni en actualizar la causa de los despidos, que en cualquier caso eran falsas, siendo la verdadera motivación una lista negra por tener bajas de larga duración y por haber recurrido a la LPRL. Esta es la lucha de Covisian desde que llegó al estado español. Hay quien puede decirnos que las intenciones de esta multinacional en el mes de marzo eran mucho más nocivas, pero no cabe duda de que, por una parte, estaban infladas, y que, por otra en los tres meses transcurridos, se ha demostrado la inexistencia de todas las causas productivas y organizativas.
CGT ha participado en un periodo de consultas viciado desde el inicio, sin los medios que le corresponden para ejercer su libertad sindical, pero buscando siempre una solución que evitara este final claramente injusto. CGT recuerda que los sindicatos somos herramientas para defender los intereses colectivos de la clase trabajadora y que nunca está justificado, aunque haya alguna persona voluntaria, avalar fraudes de multinacionales que buscan multiplicar sus beneficios.
Supuestamente la ley exige que, para poder despedir de manera «objetiva» las empresas demuestren que existen unas causas que justifiquen que no hay otra posibilidad más que los despidos. El día que presentó este ERE en Unitono la empresa alegó cuestiones que transcurridos 90 días se ha demostrado que no existen. La mayor evidencia de ello es que si no hubiera existido gente enferma de larga duración, o con adaptaciones de su puesto de trabajo según la normativa de prevención de riesgos laborales, se hubiera ofrecido a todas las personas afectadas un puesto de trabajo. Además, se ha demostrado que es una decisión de Unitono no captar nuevos clientes y no hacer contratos en Ourense y Madrid, mientras la matriz GSS Line, obtiene nuevos servicios y contrata centenares de teleoperadoras y teleoperadores a través de Empresas de Trabajo Temporal y mientras el mismo Unitono, en otras provincias, Tarragona y Málaga, con los mismos clientes, realiza nuevas contrataciones. En cuanto a la otra causa alegada, la organizativa, ni se han molestado en alegar modificación alguna en los sistemas y métodos de trabajo de la plantilla, que seguirán siendo los mismos con carácter previo y posterior a este Despido Colectivo.
Una de las mayores barbaridades de este ERE es que se ha aceptado por los firmantes del acuerdo que existen unos «criterios de selección» que avalan que se den circunstancias de discriminación. Algo absolutamente ilegal y que obliga a CGT a pelear este Despido Colectivo hasta el final. Se establece que es causa justificada de selección de las personas despedidas la ausencia temporal del trabajo por motivo de enfermedad de larga duración por lo que los enfermos crónicos han salido muy perjudicados, atentando contra el básico derecho a la salud y a la integridad. Como contrapartida para aceptar despidos forzosos, la empresa aceptará la presencia de algunos voluntarios, a los ha aceptado o denegado a dedo. Este ERE atenta individualmente a tres derechos reconocidos a nivel internacional: el de no ser despedido por una causa justa, el derecho a la prevención de riesgos laborales y el de prohibición de no discriminación por razón de género, además de atentar colectivamente a la libertad sindical por elegir un ámbito negociador que favorecía a la UGT, sindicato que desde el primer día estaba loquito por firmar el ERE. En Unitono el papel de UGT ha sido nefasto, desde el primer día hasta el último, pero nos apena que CCOO, a nuestro lado hasta el último día, se haya sumado a ellos al final para dar por bueno todo el proceso.
CGT luchará contra estos despidos colectivamente, pero no se le escapa que, con un acuerdo de los sindicatos mayoritarios, es mucho más difícil convencer a la Sala de lo Social de la Audiencia Nacional, que es el tribunal donde se debe juzgar por un tercero la procedencia de estos despidos. Esta sala además debe juzgar con una legislación, la reforma laboral del 2012, todavía vigente y hecha a medida de los empresarios. Eso sí, independientemente del recorrido colectivo de la demanda, existe también el camino de las demandas individuales que se tendrán que resolver por los juzgados de lo social de la provincia de Ourense, que es donde se han producido los despidos forzosos.
Para CGT la lucha es el único camino. Las personas despedidas deben luchar hasta el final para revertir esta injusticia y a ello le animamos. La Lucha sigue, pero una vez más CGT grita: ¡Los puestos de trabajo no se venden, los puestos de trabajo se definen!