La manifestación, convocada por varios colectivos de pensionistas, ha discurrido desde Neptuno hasta Callao para denunciar el ataque al sistema público de pensiones y la pérdida de poder adquisitivo. La de ayer en Madrid inicia un ciclo de movilizaciones para este otoño que tiene como objetivo revertir todas las contrarreformas que atentan contra el bienestar e impiden una vida de digna a las personas.
Varios colectivos de pensionistas han logrado reunir a miles de personas llegadas de diferentes territorios de todo el Estado español este sábado en Madrid, para denunciar los recortes de las pensiones, el saqueo de los servicios públicos de la ciudadanía y el importante retroceso en derechos y libertades de la clase trabajadora.
La movilización que ha tenido lugar en Madrid ha sido la primera de un ciclo de acciones que desde estos colectivos y organizaciones sindicales y sociales pretenden poner en marcha a partir de este otoño, con el fin de acabar con las políticas de recortes y las reformas contra los intereses de la clase trabajadora.
Pensionistas y trabajadoras han denunciado la pérdida de derechos sociales, libertades, los recortes de los servicios públicos, de los salarios y las pensiones desde el inicio de la crisis de 2008. Además, durante la pandemia de Covid-19 se comprobó que debido a este proceso de saqueo y privatización, la capacidad de respuesta ante el virus y sus consecuencias se vio mermada.
Pensionistas y trabajadores han señalado que los recortes de las pensiones han hecho que también pierdan poder adquisitivo, y mientras las empresas del IBEX 35 obtienen beneficios millonarios y el IPC ha subido un 10’5 %, los salarios y las pensiones lo han hecho un 2’4 % y un 2’5 % respectivamente.
La codicia de unos pocos no puede continuar condenando a la miseria a la gran mayoría de seres humanos. La clase trabajadora está al límite, pero aún es peor la situación de las mujeres. Son ellas las que sufren la brecha salarial, las que encadenan un mayor número de contratos precarios y las que siguen ocupándose de los cuidados en mayor medida, para luego llegar a la edad de la jubilación y obtener pagas mucho más reducidas que las de sus compañeros.
La organización anarcosindicalista ha subrayado que la lucha por el derecho a unas pensiones dignas tiene que involucrar en su primera línea a la gente más joven, a las generaciones que peor lo van a tener dentro de unos años. Desde CGT explican que alargar la edad de la jubilación, manteniendo a personas de casi 70 años trabajando, impide que la juventud acceda al mercado de trabajo y continúe manteniendo empleos más precarios, incompatibles con el desarrollo de una vida digna.
Desde CGT han manifestado que otro reparto de la riqueza es posible, para que realmente nadie lo tenga muy complicado para sobrevivir sin dejarse la vida en ese intento. Y en este sentido, la organización anarcosindicalista ha recordado durante la manifestación que solo hasta el mes de agosto de 2022 ya habían perdido la vida mientras trabajaban 548 personas. Solo en el año anterior lo hicieron 705 trabajadores. Los y las anarcosindicalistas advierten que se está poniendo a la clase trabajadora y a las clases populares en una situación muy difícil y tensa, que justificará cualquier tipo de respuesta por su parte. En este sentido, desde CGT han explicado que las personas no pueden pagar una y otra vez los platos rotos de las crisis-estafas del poder financiero, y si la situación no se revierte en los parlamentos, habrá que hacerlo ocupando las calles de manera constante.