Desde la CGT vemos con indignación el huracán desatado a raíz de la crisis económica, contra asalariados, pensionistas y ciudadanía en general y la particular violencia, desprecio y chantaje de políticos, gobernador del Banco de España, presidentes de la Banca española y grandes Empresas.

La destrucción de empleo, más de 4 millones de parados (camino ya de los 5 millones), no obedece sólo a las “reglas de la producción”, sino que en su base se encuentra una de las mayores reestructuraciones llevadas a término por el capital en este país, que ha decido continuar con el modelo de competitividad “patrio”.

El modelo pasa por la disminución de las rentas salariales, bien por pérdida de salarios totales al perderse el empleo, bien por las renuncias salariales en los convenios, bien por el paso a la economía sumergida y sin derechos o bien por protecciones de desempleo escasas. Hay más de 1 millón de personas, condenadas a las rentas de “beneficencia”, ahora redenominadas de inserción social. Al mismo tiempo se fuerza a millones de personas a mantener una deuda permanente con los bancos si quieren seguir sobreviviendo y no ser desahuciados de sus casas o de los super-mercados.

Este modelo a la “española” de abaratamiento de costes “ad infinitum”, se impone “manu militari” en todas las facetas de la vida de las personas asalariadas : despidiendo a millones de trabajadores con la legitimación del Gobierno y del Parlamento ; las Administraciones Públicas a través de sus Consejerías de Trabajo en Cada Comunidad Autónoma y los Tribunales de “Justicia” ; congelando las subidas salariales pactadas en los convenios e inclusive aplicando reducciones salariales con la escusa de inflación negativa o el puro y duro chantaje de cerrar la empresa y, sin dar tregua, dejar a la “suerte” del mercado a cada hipotecado (millones) que se enfrente él solito, a la USURA Y ROBO LEGALIZADO de los banqueros supermillonarios.

El PSOE, no digamos el PP, no sólo han carecido de una cierta sensibilidad democrática -adoptar medidas por el bien público, significa que esas medidas ayuden a la mayoría social y necesariamente a las “víctimas”, es decir asalariados y ciudadanos-, sino que fuera de todo principio democrático han ido al asalto de los derechos más básicos de la mayoría social : trabajo, rentas salariales, pensiones, vivienda, protección social, para entregar lo público, el erario público a los intereses de la banca y de las grandes empresas, bien del automóvil, bien del ladrillo, bien del capital financiero.

Las medidas últimas del PSOE, aplaudidas por el secretario general de la OCDE (el jefe de las patronales mundiales de los países más desarrollados), ni van en la dirección de un modelo más sostenible, ni mucho menos van en la dirección de un cambio de modelo social que termine con las desigualdades y las injusticias, para restablecer la cohesión social.

Todo lo contrario, contra las crisis de la vivienda y las grandes infraestructuras, más dineros públicos para restablecer la cuenta de resultados de las 7 u 8 Grandes Empresas Inmobiliarias y Constructoras con sus Bancos aunque sea construyendo infraestructuras que no necesitamos.

Contra la crisis medioambiental y climática, más dineros públicos para las multinacionales del auto, sin ninguna garantía sobre el empleo. Contra la crisis del trabajo, más dineros públicos, para garantizar “contratos basura y basura” hasta que el asalariado de las “gracias” por trabajar.

Contra la crisis de protección social (pensiones suficientes ante cualquier contingencia), más dinero público para rebajar los impuestos a los Empresarios, y eximirles de sus cotizaciones sociales y el trabajador que se jubile el día anterior a su entierro, para de esta manera tener dineros, el estado, el erario público y seguir abonando 1 millón de euros por persona a los 561 ejecutivos de las 35 Empresas del Ibex (Bancos, Telefónicas, Constructoras, Multinacionales).

La concepción del BIEN COMUN en este país especialmente, sólo tiene un desarrollo : los intereses particulares de Banqueros y Grandes Empresas. Y solo sirve para las grandes retóricas mitineras de cualquier signo político, pero nadie –hasta ahora-, se enfrenta al conflicto social planteado por la burguesía y el empresariado en este país.

Desde la CGT exigimos dar la vuelta a esta situación, transformando la realidad desde el compromiso con el reparto del trabajo y de la riqueza. Conscientes de que solo la movilización de los trabajadores y trabajadoras puede modificar las cosas, mantenemos nuestro llamamiento HACIA LA HUELGA GENERAL

Basta del despilfarro de lo público – Contra la injusticia capitalista

Paremos la tiranía bancaria – Por el reparto del trabajo y la riqueza

¡¡HACE FALTA YA UNA HUELGA GENERAL !!

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Fuente: SPCC-CGT