AA-MOC es una red de ámbito estatal fundada 1977, formada por grupos de base y funcionamiento asambleario que promueven a través de la acción noviolenta y la desobediencia civil un mundo sin guerras y sin ejércitos. AA-MOC impulsó la objeción de conciencia y la insumisión al servicio militar obligatorio hasta su definitivo colapso y suspensión en 2002.
Ante la situación generada por la huelga de controladores aéreos y las medidas desplegadas por el Estado, las personas que formamos parte de AA-MOC queremos manifestar lo siguiente :
1. Nos repugna la campaña de linchamiento mediático desatada por el Gobierno contra los controladores aéreos y seguida unánimemente por la práctica totalidad de los medios de comunicación. Una verdadera incitación al odio por medio de un lenguaje agresivo y belicista procedente de los poderes públicos, que lamentablemente ha calado en amplios sectores de una opinión pública vulnerable y tele-dirigida.
2. Al mismo tiempo que sentimos las consecuencias negativas que tuvo la huelga para centenares de miles de personas que pernoctaron en los aeropuertos, también nos congratulamos de que al menos durante ese día que los aviones no volaron, los cielos se libraron de miles de toneladas de CO2, causante del cambio climático, y que ningún inmigrante fue deportado en aviones de compañías españolas, tal como se hace habitualmente. Fue un momento para reflexionar también sobre la dependencia del petróleo, recurso en vías de agotamiento y fuente de guerras y regímenes totalitarios en grandes regiones del planeta.
3. Exigimos el cese inmediato del Estado de Alarma y la militarización de los controladores aéreos, y la retirada los militares de los aeropuertos. Afrontar con medios militares un conflicto puramente laboral, calificar de “normalidad” una situación en la que existe un colectivo de trabajadores obligados a trabajar bajo amenaza de cárcel, es propio de regímenes totalitarios. La supresión de libertades y derechos esenciales que conlleva el sometimiento de personal civil a la autoridad militar es intolerable y debe ser rechazado radicalmente mediante la desobediencia pública y colectiva. El decreto-ley que pone a los controladores bajo órdenes militares cuando el Gobierno lo estime necesario, la campaña de criminalización y las explicaciones posteriores parecen confirmar que nos encaminamos a un escenario social en que el derecho de huelga sólo podrá ejercerse mediante la desobediencia civil.
4. El conflicto con los controladores aéreos está enmarcado y motivado por la aguda crisis económica causada por el sistema financiero mundial, pero sobre todo por la oleada de violencia estructural que están desatando las medidas de ajuste, recorte y ataque contra los derechos sociales colectivos, medidas en las que el Gobierno actúa como simple correa de transmisión de las políticas económicas impuestas por los organismos financieros internacionales. Los poderes públicos imponen recortes brutales mediante Decretos-Ley (como el que desató la huelga de los controladores, encaminado hacia la privatización de AENA, o el que elimina el subsidio de desempleo) y proporcionan los medios represivos adecuados, cada vez más duros y militarizados, para contener la contestación y las revueltas sociales que esas propias medidas provocan. Ésta parece ser la lección más importante para el futuro que se puede extraer de los acontecimientos de los últimos días.
5. Por sí solo, el inmenso volumen de dinero y recursos públicos que absorbe la maquinaria militar, alrededor de 18.000 millones de euros anuales, ya representa un lastre para la sociedad, especialmente intolerable en estos momentos en que se están desmantelando sin contemplaciones las coberturas sociales. Estos días hemos comprobado también como se van difuminando las fronteras entre lo policial y lo militar, y como el ejército asume nuevas funciones de control interno de la conflictividad social, que se suman a las tradicionales funciones como actor secundario en la guerra global permanente y las políticas de dominación política y económica de las poblaciones del Sur. La lucha por la superación de la crisis y del modelo económico capitalista debe ir unida a la lucha por la abolición del ejército y el militarismo.
Las personas que formamos parte de AA-MOC seguiremos usando nuestros cuerpos, nuestra imaginación e inteligencia en la acción noviolenta y desobediente para obstruir el militarismo y la militarización ; tanto los preparativos políticos, económicos y culturales de las guerras, como los actuales ataques de violencia estructural de los poderes públicos y financieros contra los derechos y libertades históricamente conquistados.