Dos años después de su llegada al Gobierno, Mariano Rajoy ya ha hecho buenos a sus predecesores en el cargo de presidente. La lista de incumplimientos, de agravios, de recortes de derechos y de ataques a la clase trabajadora es interminable

Cuando salga de la Moncloa dejará tras de sí un país depauperado, una herencia política y social infumable y un clima de corrupción irrespirable. Cualquiera de sus colaboradores (Montoro, Guindo, Wert, Báñez, etc.) podría haber sido ministro con Franco y, aunque se empeñen en autodenominarse demócratas todos los días del año, lo cierto es que violan sistemáticamente principios sagrados de la Constitución que tanto dicen defender.

Cuando salga de la Moncloa dejará tras de sí un país depauperado, una herencia política y social infumable y un clima de corrupción irrespirable. Cualquiera de sus colaboradores (Montoro, Guindo, Wert, Báñez, etc.) podría haber sido ministro con Franco y, aunque se empeñen en autodenominarse demócratas todos los días del año, lo cierto es que violan sistemáticamente principios sagrados de la Constitución que tanto dicen defender. La reforma laboral y los tijeretazos en educación, pensiones, sanidad y libertades individuales colocan a España en la cola de Europa, en el sumidero de una Unión Europea gobernada por caciques impresentables, de un pelaje similar a los que tenemos aquí.

Entre las muchas reformas emprendidas, las relativas a la Administración son sangrantes. Han condenado a la miseria, cuando no al paro, a miles de empleados públicos; han privatizado servicios esenciales; han aumentado las cargas y las horas de trabajo; han cerrado empresas públicas o las han entregado a los amigotes; han congelado salarios, y han subido impuestos. El resultado es tan deprimente que no merece la pena darle más vueltas. Cualquier persona lo puede apreciar  con un simple vistazo diario a las noticias. La mayoría absoluta los ha envalentonado de tal manera que se han quitado la careta y nos han enseñado el monstruo que llevan dentro desde el minuto 1.

Ahora le toca el turno a la Administración Local. Ya hay unos cuantos ministros que hablan de cómo tienen que ser los ayuntamientos de la era pepera. Con el cuento de siempre (eficiencia, reducción de gastos, mejora de prestaciones y bla, bla, bla), están trabajando en un proyecto de ley retrógrado, autoritario y recentralizador. Otra vuelta de tuerca, vamos.

Ante esta situación, ha llegado el momento de posicionarse y coger el toro por los cuernos. El momento de luchar por nuestros derechos frente a esta camada de desvergonzados. Para ello, lo ideal es la unidad de acción sindical. Todos juntos contra el enemigo. Pero, desgraciadamente, no va a ser tan fácil. Los sindicatos mayoritarios, CCOO y UGT, han iniciado una campaña catastrofista que no está llevando la esperanza a los centros de trabajo, sino el miedo y la parálisis. Dibujan un panorama tan fatalista y tan terrorífico, que están consiguiendo el efecto contrario al que supuestamente persiguen: la inacción de los trabajadores afectados.

El objetivo no es otro que tapar sus propias vergüenzas. Acosados como están por escándalos de corrupción, los mismos sindicatos que están en la calle en contra de  la reforma laboral la aplica n a sus empleados, los mismos que firman la jubilación a los 67 años, los mismos que se apuntan a expedientes de regulación de empleo de dudosa viabilidad, esos mismos se sacan de la manga una campaña político-social para favorecer los intereses electorales de un partido que está en el origen de toda esta inmundicia. En lugar de convocar a la huelga y a la movilización, en lugar de convocar asambleas participativas y decisorias, en lugar de ponerse al frente de la lucha, inician campañas alarmistas que no van a ninguna parte. La CGT nunca actuará así. La CGT no se pondrá de perfil ante este nuevo tsunami que se nos avecina. La CGT no está para comilonas ni para fiestas, no está para acogotar al personal ni para favorecer intereses políticos espurios. La CGT está y estará con los trabajadores, en la primera línea de la batalla frente a unos políticos sin escrúpulos que actúan al dictado de los bancos y de la especulación financiera. Durante las últimas semanas y día tras día van llegando informaciones de acuerdos de Mesas generales y mociones en plenos de diferentes Administraciones para hacer el pago de la parte meritada de la paga 2012 sin demanda judicial, y con toda seguridad seguirán llegando más a lo largo de este mes.

 La Diputación de Barcelona, La Comunidad Autónoma de Castilla León, Los Ayuntamientos: Burgos, Mataró, Sant Cugat, Sta Perpetua de la Moguda, Caldas de Montbui, Vilanova y la Geltrú y otros muchos que ya lo hicieron

Desde la CGT estamos convencidos que la mejor manera de resolver el abono de la paga tanto para funcionarios como laborales es llegar a acuerdos en las Mesas de negociación de los entes o hacer mociones en los plenos para que se retraten los partidos, sin tener que iniciar la reclamación de cantidades, el conflicto colectivo o el contencioso administrativo dado que hay muchas demandas en los tribunales superiores y está por pronunciarse el Constitucional.

Dejemos a los mayoritarios solos con su campaña de recogida de dineros para pagar conflictos y hacer campaña de afiliaciónpolitica y tapar sus vergüenzas cuando saben que en estos momentos es del todo innecesaria y más cuando gobiernos de entes de todos los colores están aprobando el pago de lo meritado para el 2014 (no son tontos en el 2015 hay elecciones municipales)

Secretariado Permanente FETAP

Federación Estatal de Trabajadores de la Administración Pública – CGT

 


Fuente: FETAP-CGT

Contra las campañas alarmistas, en la Administración Local, lucha y más lucha