El convenio de banca vigente desde el año 2011 al 2014, no se puede explicar fuera del contexto general de la crisis y más concretamente de la crisis financiera española, de muy especial calado, puesto que sin lugar a dudas en los bancos y cajas españolas se está viviendo una reestructuración forzosa, motivada por el desempeño de un sistema financiero que durante toda una década apostó por la burbuja inmobiliaria, el crédito, el apalancamiento de sus finanzas y un afán por el beneficio fácil que ha derivado en la quiebra de muchas entidades y una debilidad financiera sin límites, que hoy necesita de la asistencia del estado para su salvamento.
Serán pues los españoles y los empleados de la banca las victimas de todas estas tropelías, en forma de deuda soberana y despidos masivos. Asistimos a una reestructuración global de las entidades que no parece tener límites y que en el plano interno del sector tiene como eje el despido masivo y la reestructuración salvaje de las plantillas.
Serán pues los españoles y los empleados de la banca las victimas de todas estas tropelías, en forma de deuda soberana y despidos masivos. Asistimos a una reestructuración global de las entidades que no parece tener límites y que en el plano interno del sector tiene como eje el despido masivo y la reestructuración salvaje de las plantillas.
Después de enterrar cerca de 150.000 millones de dinero público (ayudas del FROB y de Bruselas), mas la creación del banco malo y los EPA (Esquemas de Protección de Activos en las subastas de las cajas nacionalizadas) las reestructuraciones salvajes están en su momento álgido, y seguirán durante todo el año 2013, hasta que el sector quede reestructurado en poder de un máximo de 10 grandes entidades, que seguirán dominando la economía española y provocando un autentico robo social: salvar a los bancos a costa de la sociedad.
La congelación salarial de los años 2011 y 2012, con una inflación por encima del 6% en estos 2 años y las escasas subidas pactadas para los años 2013 y 2014 (1.25% y 1.50% respectivamente), no se deben a ningún pacto entre la patronal de banca (AEB) y los sindicatos CC OO y UGT para mantener el empleo, como lo demuestran las cifras de pérdidas de puestos de trabajo en el sector financiero. Son la imposición pura y dura de una patronal que nos traslada en forma de despidos, su necesidad de seguir manteniendo su tasa de beneficio a costa de nuestro empleo.
El sector financiero ha perdido 35.000 empleos en 4 años y se esperan otros 20.000 empleos en lo que queda de reestructuración. Los salarios han permanecido congelados y las condiciones laborales han retrocedido de manera generalizada, hasta convertir el puesto de trabajo en un bien escaso y jornadas de 10 horas en muchos casos.
Los sindicatos mayoritarios del sector acostumbrados al pacto social de las pasadas décadas, no comprenden la verdadera dimensión de este cambio sistémico en la economía mundial, que amenaza con llevarse por delante un estado del bienestar, incluido el derecho al trabajo, y persisten -en un marco de debilidad-, en sus políticas de paños calientes, acuerdos de Despidos Colectivos (el mal menor según su filosofía) que tras la tormenta dibujaran un panorama desolador y un nuevo estadio del capitalismo, que será francamente difícil revertir.
La bancocracia (el gobierno de los poderes económicos en la sombra), después de haber provocado la mayor crisis de la historia económica mundial, amenaza con volver por sus fueros, reforzada, tras el salvamento de sus finanzas con el dinero público, y no podemos esperar de sus políticas económicas, otra cosa que el beneficio desmedido, a costa del empobrecimiento generalizado de la población.
Enero-2013
Fuente: FESIBAC CGT