¿Y los 600.000 hogares (aproximadamente 1,2 millones de personas) sin ningún ingreso, ni salarios, ni prestaciones de desempleo, ni rentas mínimas, ni pensiones…?
El último trimestre del 2018, consolida lo que es una evidencia vergonzante, desde el lado de la vida de las mayorías sociales (personas asalariadas, empleadas o desempleadas): en el 2018 se han creado 566.200 empleos netos, de los cuales 430.000 lo han hecho en el sector privado y 136.200 en el público, lo cual no muestra sino que la llamada recuperación “económica”, es decir, el crecimiento de la economía, ha sido a costa de los de siempre, la explotación extensiva e intensiva de las clases asalariadas, que con sus millones de horas (las pagadas y las no
El último trimestre del 2018, consolida lo que es una evidencia vergonzante, desde el lado de la vida de las mayorías sociales (personas asalariadas, empleadas o desempleadas): en el 2018 se han creado 566.200 empleos netos, de los cuales 430.000 lo han hecho en el sector privado y 136.200 en el público, lo cual no muestra sino que la llamada recuperación “económica”, es decir, el crecimiento de la economía, ha sido a costa de los de siempre, la explotación extensiva e intensiva de las clases asalariadas, que con sus millones de horas (las pagadas y las no pagadas, en una proporción de 60/40) y sus “bajos salarios”, han logrado que los beneficios empresariales netos, superen los de los mejores años del ciclo especulativo-financiero del autodenominado “milagro español”.
La Población Activa aumentó en 103.800 personas a lo largo de 2018, hasta situarse en 22,8 millones de trabajadoras y trabajadores por cuenta ajena, de las cuales 19,5 millones estuvieron empleadas y casi 3,4 millones estuvieron desempleadas, situando la tasa de paro en el 14,45%.
Ahora bien, tanto el estar “empleado y empleada”, como estar “desempleado y desempleada”, no es garantía de una vida digna pues, en el primer caso (personas ocupadas), más del 26,7% lo están de manera temporal, a la vez que, de las personas ocupadas de manera “indefinida”, suelen trabajar a jornada parcial, pues nadie las contrata “legalmente” a jornada completa, aunque en la realidad de sus empleos, suelen realizar el doble de la jornada legal contratada, eso sí, sin cobrar ni tributar por ese 40% de horas de trabajo en demasía.
Solo el 55% de esos casi 3,5 millones de personas desempleadas a la fuerza reciben algún tipo de prestación (contributiva, con medias de 875€, y subsidios con medias de 430€).
De los 18,6 millones de hogares existentes en el estado español, más de 1 millón tiene a todos sus miembros en el paro, lo cual siendo no grave, sino muy grave, no significa que no entre algún ingreso en ese hogar (si no ¿cómo podrían subsistir durante tantos años que dura esta situación?), bien como pensión, bien como prestación. Lo más vergonzante, “criminal” e insoportable (especialmente para quien lo padece), es que existen 600.000 hogares que no perciben ningún tipo de ingresos.
En el mismo ejercicio del 2018, el Banco de Santander ganó 7.800 millones de euros netos…, parece que si garantizan la “vida indigna” de las accionistas (Botín y otros), ejecutivos y directivos, al mismo tiempo que garantizan a políticos (gobernantes y no gobernantes), no sólo su “estupendo nivel de vida”, sino que, de manera ignominiosa, les permite legislar y “gobernarnos” a las mayorías asalariadas, pensionistas y excluidas, como si fuéramos “mercancías de usar y tirar” y encima, decir que lo hacen por nuestro bien.
La Vida de las personas no puede seguir basándose en las mismas reglas de juego que el capitalismo viene ejerciendo desde siempre, pues, la pobreza, la desigualdad, el atentado al medio ambiente, la injusticia social…, es lo que ha PRECARIZADO NUESTRAS VIDAS, corriendo el riesgo de “que desaparezca la Vida tal como la conocíamos”, si no terminamos con este sistema.
La GRAN ESTAFA SOCIAL continúa
Fuente: Secretariado Permanente de Comité Confederal de la CGT