Lo planteado para esta nueva escenificación en Pittsburg era básicamente poner límite a las primas de los banqueros, los famosos bonus ; forzar a los bancos a que tengan unas reservas proporcionales a su capital para afrontar situaciones de crisis y la eliminación de los paraísos fiscales.
Estos eran los planteamientos, que se venían arrastrando desde Londres y que circulaban de boca en boca durante los días precedentes al encuentro. Después de largos debates han concluido que no es necesario precipitarse,….. la prisa mata. Que hay que seguir manteniendo los estímulos a la economía, es decir, más dinero para fomentar el consumo exacerbado, ya que es la única manera de salvarnos, aunque implique la destrucción de los recursos. Y en lo referente a las primas, sugieren, nada de obligar para establecer unos topes, que tampoco quedan fijados.
Los ministros de finanzas le irán dando forma a este entramado con tranquilidad mediante documentos a lo largo del 2010 y la mayoría de normativas no entrarán en vigor hasta 2012. En caso de incumplimientos no hay previstas sanciones.
Estos son los acuerdos adoptados por el G-20, que son las recomendaciones realizadas por el Consejo de Estabilidad Financiara. Este Consejo está formado, entre otros por los gobernadores de los bancos centrales, que no dejan de ser banqueros. Sin ir más lejos, el presidente de dicho Consejo de Estabilidad Financiera es el italiano Mario Draghi, gobernador del banco central de Italia, vinculado anteriormente al banco estadounidense de inversión Goldman Sach, entidad célebre por fomentar el enriquecimiento de sus directivos. El G-20 toma protagonismo en detrimento del G-8 y el Fondo Monetario Internacional será uno de los garantes de llevar a cabo las supuestas reformas. Es decir, las mismas personas e instituciones causantes de la crisis son las encargadas de poner en marcha la solución y además pretenden hacernos creer que dicha solución irá en perjuicio de sus intereses. ¡YA !
A esta pasividad y falta de ética por parte de los políticos hay que añadir una serie de hechos que aumentan el escepticismo y la indignación de las y los trabajadores. Algunos ejecutivos vinculados al Barclays van a trabajar en una sociedad creada en las Islas Caimán. Como profesionales liberales cobran lo que quieren por sus servicios y establecen su residencia fiscal donde consideran. En el 2008, los nueve bancos más grandes que recibieron de los programas de rescate de EEUU 175.000 millones de dólares, destinaron la cantidad de 32.000 millones en remunerar a sus directivos, cantidad similar a la deuda externa de todos los países pobres muy endeudados (PPME), que son unos cuantos, o parecida a la presupuestada para prestaciones por desempleo en España para 2010.
Por si esto fuera poco Zapatero quiere recaudar, vía impuestos, unos 11.000 millones de euros más. Y como de costumbre lo pagaremos las y los de siempre. Eliminará los 400 euros de deducción del IRPF y subirá el IVA del 16 al 18%, con lo cual pagaremos todos y todas por igual independientemente de los ingresos. La tributación de las Sociedades de Inversión de Capital Variable (SICAV), donde escamotean sus impuestos las grandes fortunas de este país no se modifica y seguirá siendo del 1%. De esos 11.000 millones de euros solamente 800 saldrán de las rentas del capital.
Desde CGT queremos manifestar nuestro rechazo a estas políticas e insistir que solamente las personas afectadas por esta situación somos las que debemos tomar la iniciativa y poner en marcha procesos encaminados a buscar soluciones factibles. Soluciones que nada tiene que ver con buscar un capitalismo menos agresivo y sí con políticas que impliquen un verdadero reparto del trabajo y la riqueza y con unos servicios públicos de calidad. Para CGT, la huelga y la movilización son las mejores herramientas que tenemos para plantearlo y conseguirlo.
Fuente: Secretariado Permanente de la CGT