Las migraciones de personas en busca de mejores condiciones de vida no son un fenómeno excepcional ni reciente. La historia de cualquier país o sociedad está marcada por flujos migratorios, en un sentido o en otro. En las dos últimas décadas hemos visto como los países europeos se han convertido en receptores de inmigración, por, entre otros factores, la pobreza y la carencia de oportunidades en los países de origen, y también por la posibilidad de prosperar en los países receptores. Así pues, hemos visto como Europa, donde durante siglos la población emigraba a otros continentes –y que hoy en día vuelve a producirse debido a la crisis-, ha pasado a ser destino de la inmigración.

El desmantelamiento progresivo del llamado “estado del bienestar” por parte de los sucesivos gobiernos de la Unión Europea, bajo la influencia de lobbys económicos, del Banco Mundial y del Fondo Monetario Internacional, ha agravado esta situación. La disminución de, por ejemplo, las ayudas y subsidios que ha comportado la aplicación de estas políticas económicas, ha hecho crecer la sensación de competencia entre las personas recién llegadas y la población ya establecida.

El desmantelamiento progresivo del llamado “estado del bienestar” por parte de los sucesivos gobiernos de la Unión Europea, bajo la influencia de lobbys económicos, del Banco Mundial y del Fondo Monetario Internacional, ha agravado esta situación. La disminución de, por ejemplo, las ayudas y subsidios que ha comportado la aplicación de estas políticas económicas, ha hecho crecer la sensación de competencia entre las personas recién llegadas y la población ya establecida.

La crisis en la que estamos inmersos ha permitido, aquí en casa y en el resto de Europa, la aparición de partidos de extrema derecha, con un mensaje populista y xenófobo, que ha provocado una sensación distorsionada y generalizada sobre los privilegios de los inmigrantes sobre los autóctonos, lo cual ha generado una degradación de la convivencia y un aumento de la crispación social. Es intolerable que en nombre de la crisis se legitimen este tipos de discursos y se encubran políticas que atentan directamente contra los colectivos más desfavorecidos. No podemos olvidar que circunstancias parecidas permitieron el ascenso al poder de Hitler, en Alemania, y Mussolini, en Italia, entre otros. A Vendrell, y en el Baix Penedès, como el resto de los Països Catalans, uno de los partidos que mejor representa esta demagogia ultraderechista y xenófoba es Plataforma per Catalunya (PxC).

Desde que en 2003 esta formación consiguiera representación en el Ayuntamiento de Vendrell hemos podido observar cómo año trás año incrementaba apoyos y votos; hasta llegar a los 2328 votos (el 17’5%) en las últimas elecciones municipales del 2011, de tal manera que consiguieron 5 concejales. La demagogia, las mentiras, las amenazas y los rumores han sido su rasgo característico desde su irrupción. PxC ha crispado la convivencia en el municipio vendrellense, aprovechando el descontento social para atacar los más débiles y conseguir beneficios electorales. La competencia para conseguir una parte de esta masa de votos ha provocado que otros partidos hayan adoptado este lenguaje contra la inmigración, y así contribuir a la normalización del discurso de la formación xenófoba. En cuanto al caso destacado del Vendrell, en la anterior legislatura, CiU se reunió asiduamente con PxC, para pactar puntos tan importantes como los presupuestos municipales y, después de las últimas elecciones municipales de 2011, hasta el último momento, la formación estuvo abierta a un posible pacto de gobierno con la formación racista y fascista. Esta normalidad institucional también ha provocado que buena parte de la sociedad civil vendrellense, excepto en momentos puntuales, haya mostrado una actitud cada vez más pasiva en cuanto a la presencia de concejales de extrema derecha en el consistorio. La formación xenófoba no ha limitado su expansión en El Vendrell. A otros municipios del Baix Penedès, como L’Arboç, con un 5’07% de los votos, y Santa Oliva, con un 5’55%, también han estado a punto de conseguir representación. Hay que destacar que en este último municipio presentaban como cabeza de lista a una conocida simpatizante de los movimientos neonazis de la comarca. Además, también presentaron candidatura en otros municipios del Baix Penedès, como Bellvei (3’81%) o Calafell (3’77%). Tenemos que mencionar, también, la presencia de Vía Democrática, escisión de PxC, que también se presentó en El Vendrell (2’02%), Calafell (3’69%) y Bellvei (1’12%). Es la hora de decir que ya basta, y de demostrar que queremos una sociedad justa y cohesionada donde todo el mundo tenga cabida. Es la hora de movilizarnos para expresar el rechazo de nuestro país y de nuestra ciudad al racismo y al fascismo, que sólo genera desigualdad y violencia. Es el momento de posicionarse y dejar de mirar a otro lado, puesto que nuestra indiferencia da fuerza a las organizaciones racistas y fascistas como PxC. Por eso, las entidades abajo firmantes convocamos a todos/as los/las vendrellenses, así como al resto de los Païses Catalans, a manifestarse pacíficamente el día 29 de junio de 2013. Esta jornada de movilización, así como las semanas previas, tienen que ser la chispa que reactive la lucha, en nuestro territorio, contra el racismo y el fascismo.

¡NO AL RACISMO, NO AL FASCISMO, NO A PxC! ¡NO PASARÁN, NO PASARÁN, NO PASARÁN!


Fuente: Secretaria de Acció Social CGT Catalunya

Manifestación en El Vendrel 29-J contra el racismo y el fascismo. No al PxC