La red sindical internacional de solidaridad y de luchas, constituida en marzo de 2013, durante nuestra reunión de Saint-Denis (Francia) es el producto de años de intercambios y de trabajo en común entre varias de las organizaciones fundadoras. Es así, y sobre la base de orientaciones y de prácticas sindicales en común, que hemos podido reunir organizaciones sindicales, corrientes sindicales y tendencias sindicales de numerosos países de las Américas, de Europa, de África y de Asia.

Dos años más tarde, en junio del 2015, organizamos un nuevo encuentro internacional, en Campinas (Brasil).

Dos años más tarde, en junio del 2015, organizamos un nuevo encuentro internacional, en Campinas (Brasil). En esta ocasión, apreciamos colectivamente las evoluciones positivas en la construcción de nuestra Red, fundamentalmente su expansión, pero también el camino que nos falta recorrer para dotarnos de la herramienta en común internacional y necesaria a todas las fuerzas sindicales que se reivindican y practican un sindicalismo de luchas anticapitalistas, autogestionario, democrático, ecologista, independiente de los patrones y los gobiernos, internacionalista y en contra de todas las formas de opresión (machismo, racismo, homofobia, xenofobia). La democracia obrera, la auto organización de los trabajadores y las trabajadoras están también entre nuestras referencias en común.

El 3 Encuentro International se ha celebrado en Madrid (Estado español). Nos ha proporcionado la oportunidad de profundizar en el trabajo común sobre los temas anteriormente citados. Además, hemos consagrado el tiempo necesario a la consolidación de nuestras redes sectoriales, ya que concebimos el sindicalismo desde de las realidades concretas de las empresas y los servicios en los que trabajamos. Dado que la opresión patriarcal pesa sobre el conjunto de la humanidad y que debemos combatirlo, este tema ha sido la prioridad de nuestro tercer encuentro. De manera general, hemos actualizado nuestros análisis, nuestras propuestas y nuestras estrategias de acción a partir de una realidad, la de las trabajadoras y trabajadores de todos los países, y siempre con el propósito de alcanzar nuestras reivindicaciones de hoy y de lograr así de la construcción de la sociedad que queremos para el mañana.

La burguesía y sus gobiernos llevan a cabo una guerra social contra las trabajadoras y los trabajadores.

Las crisis económicas, financieras, ecológicas y sociales se entremezclan y se auto alimentan. Esta crisis global del capitalismo muestra el impase de un desarrollo basado en el reparto cada vez más desigual de la riqueza producida por la explotación de los trabajadores y de las trabajadoras, de la desregulación financiera, del libre intercambio generalizado y el desprecio de los imperativos ecológicos. Para salvar los beneficios de los accionistas y de los patrones, para asegurar el porvenir de los bancos y las instituciones mundiales (Banco Mundial, Fondo Monetario Internacional, Organización mundial del Comercio, etc). Los gobiernos y la patronal atacan cada vez con más fuerza los derechos de los trabajadores y las trabajadoras.

Los trabajadores y las trabajadoras sufren todavía las consecuencias de una de las más graves crisis del capitalismo, la que se inició en 2007. La situación está todavía marcada por un ataque sin precedentes al nivel de vida de los trabajadores y las trabajadoras, un ataque que tiene como fin garantizar los beneficios de los banqueros y de las grandes empresas. El imperialismo y los burgueses están llevando a cabo una guerra social, reduciendo los salarios, las pensiones y los derechos, incrementando la pobreza y las desigualdades.

El sistema económico y político actual organiza el pillaje de numerosos países, obliga a millones de personas a dejar su lugar de origen para sobrevivir…. Y niega enseguida todos sus derechos bajo el pretexto de que ellos y ellas son inmigrantes.

Destrucción de los servicios públicos, cuestionamiento de todos los derechos sociales, ataques hacia los derechos sindicales, libertades sindicales burladas, desarrollo de la precariedad y del paro para presionar sobre las poblaciones…. Son los mismos métodos los que se utilizan en todos los países ¡

Para conseguir sus fines, utilizan todos los medios: criminalización, proceso, arrestos, intervenciones policiales, ocupaciones militares, trabas de todo tipo a los derechos colectivos e individuales. La represión es una de sus armas contra las y los que resisten, se oponen, y construyen alternativas. Nuestra solidaridad, más allá de las fronteras, es una de nuestras respuestas.

La reformas laborales y de pensiones, los ataques contra los salarios, las condiciones de trabajo, los seguros sociales, el servicio público y las libertades democráticas forman parte de un plan estratégico del capitalismo destinado a cambiar perdurable y fundamentalmente la relación de fuerza entre clase dominante por un lado, asalariados-asalariadas y clases populares por otro lado. Ese proyecto se inscribe en el marco de un capitalismo globalizado, de una economía que hace concurrir las regulaciones sociales, las legislaciones, las condiciones y los cuadros de trabajo. Ello provoca una precarización creciente del mundo del trabajo.

La cuestión de la salud y de la seguridad en el trabajo, las condiciones generales de la calidad de vida para los asalariados-asalariadas en los medios populares, adquieren en las luchas y las reivindicaciones una importancia decisiva.

En los países mantenidos en situación de subdesarrollo, evidentemente a través del colonialismo y el imperialismo siempre vivos, esas situaciones condenan en masa a los Humanos a morir de hambre o emigrar, a menudo con peligro de su vida, a países donde son víctimas de fuertes discriminaciones. El colonialismo y el imperialismo oprimen todavía a numerosas poblaciones en todo el mundo; el sindicalismo tiene el compromiso de combatir estas formas de dominación.

El mecanismo de la deuda asfixia los países y nos empobrece: su deuda no es nuestra deuda; no tenemos porque pagarla! Las políticas económicas y financieras presentadas como incitando a retomar la demanda parecen poco susceptibles de asegurar una reactivación económica fuerte y de larga duración.

Las hipótesis políticas gubernamentalistas que suponen que la conquista de las posiciones institucionales a nivel estatal nacional podrá permitir, por medio de los instrumentos clásicos de poder público y dentro del cuadro institucional creado para servir al capitalismo, forzar una nueva orientación de las políticas, con un nuevo compromiso social de envergadura, que involucre a todas las clases, nos parecen ilusorias.

La evolución de los bloques económico políticos evan a una radicalización de las luchas sociales y ecológicas en general y de la lucha entre los asalariados y sistema de dominación en particular.

El derecho a la tierra es un tema particularmente importante en muchos países, especialmente aquellos victimas del colonialismo y del imperialismo; hemos de ser activos contra ello, luchando por verdaderas reformas agrarias enlazadas con los movimientos sociales que luchan por este derecho.

En 2017, las luchas contra la opresión se hicieron más visibles. El año se abrió con una enorme movilización de mujeres contra Trump en Estados Unidos. El día de la lucha de las mujeres, el 8 de marzo, entró en la historia como una de las mayores movilizaciones globales.

El movimiento Black Lives Matter, también en Estados Unidos, así como las Marchas da Periferia en Brasil y otras en América Latina y África fueron expresión de la lucha contra el racismo. La resistencia a la homofobia y a la violencia se manifestaron también en las grandes movilizaciones LGBTT. La lucha de los inmigrantes en los Estados Unidos, así como en Europa, también alcanzó una importancia tremenda.

Estamos en contra de toda forma de expolio y de opresión colonial. Por eso rechazamos al gobierno sionista de Israel y defendemos la libertad de Palestina: por la autodeterminación de todos los pueblos oprimidos.

Por todo ello, seguimos con el compromiso de construir y fortalecer la unidad internacional de los trabajadores para luchar contra la criminalización de los movimientos sociales, los planes de ajuste, las reformas y las privatizaciones, así como contra toda forma de opresión y de explotación.

Reforzar el sindicalismo para romper el capitalismo

El sindicalismo que reivindicamos no sabe celebrar pactos con los poderes en ejercicio para validar medidas antisociales. El sindicalismo tiene la responsabilidad de organizar la resistencia a escala internacional, para construir a través de las luchas la necesaria transformación social. Queremos construir un sistema fundado en los bienes en común, en la redistribución de las riquezas entre aquellas y aquellos que la crean, es decir los trabajadores y las trabajadoras, fundado en los derechos de los trabajadores y las trabajadoras y en un desarrollo ecológicamente sostenible.

La independencia del movimiento sindical que se moviliza y lucha efectivamente constituye la cuestión clave de este periodo. En efecto, la apuesta es vencer la estrategia del sistema de dominación del capitalismo globalizado que trata de imponer al asalariado una regresión histórica, con la ruina pura el simple de su capacidad autónoma de organización, de acción y de posicionamiento en beneficio del sindicalismo de jerarquía, incluso de la pura y simple desaparición del movimiento obrero; he aquí que, una parte cada vez más importante de la población mundial, se proletariza y, en consecuencia, queda en condiciones sociales cada vez mas difíciles.

Reafirmamos nuestra oposición al sindicalismo oficialista y nuestra voluntad de pluralismo y democracia sindical. Esto no es en absoluto contradictorio con la búsqueda de la unidad de acción sindical, de la unidad obrera, de la unidad de todas las personas explotadas y/o oprimidas. Por contra, huimos de relacionarnos con quienes se pretenden sindicalistas y, al tiempo, cogestionan fondos de pensiones y se dejan corromper por la clase dirigente…Clase dirigente, que además, ha hecho de la corrupción el modo habitual de funcionamiento de una parte importante de los responsables políticos.

Nuestro sindicalismo aúna la defensa de los intereses inmediatos de los trabajadores y trabajadoras, y la voluntad de cambio social profundo. No se limita a la reivindicación del campo económico, engloba asuntos como el derecho a la vivienda, a la tierra, la igualdad entre hombres y mujeres, el antiracismo, el combate a homofobia y la xenofobia la ecología, el anticolonialismo, etc.

Los intereses que defendemos son los de la clase obrera (trabajadores y trabajadoras en actividad o jubilados, parados y paradas, jóvenes en formación). Se articulan con pueblos de todas las regiones del mundo. En este tema nos oponemos frontalmente a la patronal, a los gobiernos e instituciones que están a su servicio, y reivindicamos nuestra autonomía respecto de toda organización política.

Se han creado diversas organizaciones sindicales; las redes sindicales se han creado sobre campos profesionales o geográficos. De una región del mundo a otra, nuestras historias sindicales, nuestras afiliaciones sindicales, son diferentes. Pero, compartimos lo que es esencial: estamos decididos a avanzar en la coordinación del sindicalismo de lucha, en el plano internacional.

Queremos compartir nuestras experiencias, enriquecernos de las resistencias y logros de todos, construir la unidad a través de las fronteras, construir la solidaridad internacional de los trabajadores y trabajadoras. De cara a la crisis que golpea a las poblaciones de todos los países, y de la que el capitalismo es responsable, es necesario coordinar y unificar nuestras luchas. Llamamos a los colectivos sindicales a unirse a nosotros para construir esta unidad de acción sindical, necesaria para combatir los retrocesos sociales, conquistar nuevos derechos y construir una sociedad diferente.

La construcción y la afirmación de la RSISL (la Red) es fundamental en un mundo con una economía crecientemente globalizada. En él se hacen necesarias luchas conjuntas contra las empresas y contra la burguesía cuyos negocios se han internacionalizado. Esto exige el desarrollo de acciones de solidaridad activa; acciones y campañas coordinadas mundialmente ya sea por categorías, sectores, países o continentes. Es nuestro deber dotar a cada una de esas luchas objetivas de un sentido estratégico en la lucha contra el capitalismo.

Decidimos reforzar, ampliar, aumentar la eficacia, una red de sindicalismo ofensivo, de luchas, anticapitalista, democrático, autónomo, independiente de los patrones y los gobiernos, y que construyen el cambio a través de las luchas colectivas en contra todas las formas de opresión (machismo, racismo, homofobia, xenofobia), ecologista e internacionalista.

Juntos los definimos y juntos los llevaremos a buen término:

  • Trabajamos, durante este tiempo por la solidaridad internacional, y sobre todo contra cualquier represión antisindical. Nuestro combate se lleva a cabo contra todas las opresiones, en especial aquellas que van contra las mujeres, los negros, los migrantes y los LGTB (Lesbians, Gays, Transsexuals, Bisexuals).
  • Actuaremos de forma unitaria y coordinada para apoyar las luchas y las campañas internacionales, reafirmando el derecho a la autodeterminación de los pueblos.
  • Reforzamos y extendemos el trabajo internacional realizado en los sectores profesionales (transporte, educación, centros de atención de llamadas, industria, comercio, salud, etc.) y sobre los asuntos interprofesionales (derechos de las mujeres, los negros, los LGBT, migración, alojamiento, ecología, salud y trabajo…).
  • Perseguimos el trabajo de reflexión y de elaboración sobre las cuestiones críticas del sistema capitalista y de las alternativas a éste.
  • Ponemos, juntos, los medios materiales necesarios para el éxito de nuestros proyectos comunes: sitios web, listas de intercambio por correo electrónico, coordinación para sectores profesionales, etc. Las organizaciones que participan en la red darán a conocer todo esto a través de nuestras propias herramientas de comunicación (vínculos en las páginas web, artículos en nuestros periódicos, logos en nuestros folletos, difusión de textos comunes en cada organización, etc.).
  • Para ser más eficaces, organizamos la coordinación de las organizaciones miembros de la Red a escala de las regiones del mundo: Américas, Europa, África…
  • La jornada internacional de luchas de las mujeres el 8 de marzo es un momento importante para las luchas feministas y, por tanto, para el sindicalismo: la Red Sindical Internacional de Solidaridad y de Luchas apoya las huelgas de mujeres que tendrán lugar ese día en todo el mundo.
  • El 24 de abril de 2013, al menos 1135 personas murieron en su puesto de trabajo en Dacca, Bangladesh, en el incendio del Rana Plaza. Todas estas personas fueron asesinadas por capitalistas que les hacían trabajar sin el más mínimo respecto por las reglas de seguridad. La Red Sindical de Solidaridad y de Luchas participará en las manifestaciones organizadas el 24 de abril para denunciar este sistema económico y político que mata a las personas a las que explota.
  • Las organizaciones de la Red Sindical de Solidaridad y de Luchas desarrollarán las acciones necesarias para que el 1º de mayo sea una jornada de lucha sindical internacional.
  • La lucha del pueblo palestino es el símbolo de múltiples resistencias. La Red Sindical de Solidaridad y de Luchas participará activamente en las acciones que tendrán lugar el 15 de mayo de 2018 con motivo del 70º aniversario de la Nakbat.
  • La acción sindical contra las multinacionales es primordial. Nuestras coordinaciones sectoriales son una herramienta para ello. Pero debemos, además, construir vínculos con los movimientos sociales que actúan en este ámbito. La Red Sindical de Solidaridad y de Luchas participará en las campañas comunes que se inscriban dentro de nuestra concepción del sindicalismo.
  • Necesitamos momentos para convergir a nivel internacional. Cada año, aquellas y aquellos que dirigen el capitalismo en nuestros países se encuentran en Davos (Suiza) para organizar nuestra explotación y el saqueo del mundo. La Red Sindical de Solidaridad y de Luchas propone organizar una jornada de manifestaciones, de la manera que sea más apropiada en cada país, con motivo de la próxima edición del encuentro de Davos en 2019. Esta propuesta se hace tanto a los movimientos sindicales como a los movimientos sociales más allá de nuestra propia Red y podría adoptar la forma de una manifestación internacional contra el Fórum Económico Mundial. A través de nuestras acciones destacaremos nuestra oposición directa al capitalismo y a los gobiernos que le sirven.
  • Ante la usurpación y expolio por parte del capitalismo de los bienes públicos esenciales para la vida,, la RSISL realizará una campaña por la reapropiación de los mismos fomentando que  estos sean autogestionados por trabajadores/as y usuarios/as.


Fuente: Red Sindical Internacional de Solidaridad y Luchas

Manifiesto final de la Red Sindical Internacional de Solidaridad y Luchas