Miles y miles y miles de personas, en su mayoría jóvenes, estamos ocupando las calles desde el pasado 15 de Mayo y con ello estamos asistiendo al proceso de construcción de una nueva experiencia, que desde mi punto de vista, reúne todas las claves para considerarla como libertaria y autogestionaria.
Siendo sincero, era una experiencia que llevamos tiempo deseando que se produjera tras haber organizado muchas manifestaciones, luchas, marchas, acciones contra el capitalismo… Para que esto se haya podido producir eran necesarias al menos dos cosas. Una, que la iniciativa la tomara la juventud al ser el colectivo social más maltratrado por el sistema neoliberal y su crisis conscientemente provocada, sabiendo como anarcosindicalista que la emancipación tiene que ser obra de uno mismo o no lo será nunca. Dos, que el movimiento debe contar con un apoyo social importante. Ambas premisas se cumplen.
En esta movilización de ocupación de la calle ignorando el marco legal del sistema al que precisamente se quiere combatir, se está dictando una auténtica lección de transformación social, demostrándose con esta experiencia que cuando hay voluntad de querer hacer algo juntos, cuando hay personas que se sienten colectivo, todo es posible, incluso plantar cara al prepotente sistema capitalista y sentar las bases de un nuevo sistema social y económico. Creo que, sin ningún tipo de dudas, en estos días y en este país, se está configurando el futuro y lo está protagonizando quien tiene que hacerlo, la juventud. Este proceso se está produciendo en muchas plazas de este, hasta ahora, viejo, cansado y sumiso país, que por fín ha sido capaz de sacar a la calle la indignación de una manera colectiva.
Siguen pasando los días desde el 15 de Mayo y el movimiento asambleario que se está gestando adquiere una auténtica dimensión autogestionaria y con las reglas de juego del movimiento libertario, antiautoritario. Cada día que pasa, continúa la profundización y perfeccionamiento de la experiencia, el fortalecimiento y la convicción de que el proceso funciona y que lo hace con los tintes profundos de acción y autogestión que tanto hemos esperado y con la que hemos soñado.
Las reglas de juego de este espacio que se está construyendo son el respeto integral por el otro, el desarrollo del ingenio y la imaginación al servicio colectivo, la ceatividad, la expresión libre, la solidaridad, el apoyo mutuo, el compartir, la horizontalidad, la organización colectiva del espacio que se comparte, la toma de decisiones en asambleas permanentes, el igualitarismo, la libertad…
¿Qué sucede realmente en las asambleas ? Se está aprendiendo al mismo tiempo que se están haciendo, se está aprendiendo a ser libre viviendo en libertad, equivocándose pero con una profunda voluntad de construir colectivamente. Se autogestiona todo, la toma de decisiones, el debate, el ocio, el descanso, la producción de infraestructuras, la comunicación, las actividades culturales, el agua, la comida, la limpieza, la escuela infantil, la atención médica, las tertulias, la expansión para integrar en el movimiento todas las luchas sociales, laborales, etc, etc,
La realidad vuelve a superar lo imaginable. La experiencia está sucediendo en nuestras plazas, hay que impregnarse de su espíritu, hay que vivirlo, hay que integrarse, hay que valorarlo para comprenderlo, hay que disolverse en el proceso de construcción para aportar y aprender.
La experiencia crece día a día. Todavía no es el momento de hacernos preguntas sobre el futuro, los objetivos, el mañana. Las preguntas y las respuestas habrá también que construirlas de forma autogestionaria y desde abajo, como nos enseñan nuestras hermanas la comunidades indígenas zapatistas. Ahora es el momento de contribuir al crecimiento de la experiencia porque ahí está el germen del mundo nuevo que los libertarios llevamos en el corazón.»»
Madrid 21 de mayo de 2011
Jacinto Ceacero, Secretario General de la CGT