Traducción al castellano del comunicado de Cnt_So (Francia) por la convocatoria 7 y 11 de Febrero.
No hay nada que negociar en su reforma. La clase obrera ha respondido a las provocaciones del gobierno con una nueva movilización de masas en las calles y movimientos de huelga en todos los sectores, privados y públicos. La pensión Macron: ¡NO significa NO!
Ahora… ¡en marcha!
Hacer retroceder al gobierno en su proyecto y conquistar nuevos derechos: ¡sólo una prolongada demostración de fuerza valdrá!. Participemos masivamente en los próximos actos nacionales previstos para el martes 7 de febrero, con una jornada de huelga interprofesional y manifestaciones el sábado 11 de febrero. También podemos apoyarnos en los sectores profesionales que han anunciado huelgas duras a partir de la semana que viene, para amplificar el movimiento.
En nuestras empresas o servicios, vinculemos la cuestión de las pensiones con la de nuestras condiciones de trabajo y nuestros salarios: ¡todo está relacionado! Este Gobierno está haciendo un servicio favorable a la minoría más rica, que se beneficiará de este nuevo retroceso social. Aumentar el equilibrio de poder significa atacar sus intereses económicos. Esto significa generalizar la huelga.
¡Unión! ¡Acción! ¡Autogestión!
Porque un movimiento social no cae del cielo, el siguiente paso esencial es estructurarnos en la base y hacer crecer nuestras herramientas de autoorganización. Reunámonos en nuestros centros de trabajo, escuelas u hogares para organizarnos y debatir sobre la huelga renovable, constituyamos comités de huelga, (re)activemos fondos de solidaridad para ayudar económicamente a las más precarias, tejamos vínculos interprofesionales a nivel local, multipliquemos las acciones sobre el terreno para presionar a la patronal.
El objetivo es la huelga general. ¡Organicemos un gran movimiento social con un único objetivo: ¡la distribución equitativa de la riqueza y el trabajo!
¡Todo el mundo está preocupado!
¡A todos nos afecta esta reforma que retrasará la edad de jubilación al menos dos años e impondrá 43 años de cotización a todas las trabajadoras! Esta reforma es injusta, inútil y perjudicial. Tendrá un impacto aún mayor en los más precarios, en las mujeres, en los ancianos, en los trabajadores de empleos difíciles… Perjudicará nuestras vidas al privarnos de un merecido tiempo después del trabajo y significará trabajar hasta la muerte para algunos de nosotros.
Sin embargo, el sistema de reparto no está amenazado: sólo se trata de preservar los beneficios de la esfera accionarial y patronal que explota nuestro trabajo y nuestras vidas con dinero público. La masa de riqueza que producimos es más que suficiente, ¡hay que devolvérnosla! La batalla por las pensiones debe ir unida a la lucha por los salarios y contra las penurias del alto coste de la vida. ¡Es hora de imponer el reparto igualitario de la riqueza y el trabajo y de construir un proyecto de sociedad alternativo a la actual barbarie capitalista!