Juan Antonio García Cortés, experto en música y militante de CGT en Murcia llevaba trabajando desde enero de 1993 para Onda Regional de Murcia (ORM), empresa integrada en el ente público Radio Televisión de la Región de Murcia, RTRM (y que hoy ya no existe, pues fue absorbida por RTRM a mediados de 2013 debido a su profunda crisis). Juan Antonio realizaba el conocido programa de música "La Taberna del Gran Burlón", donde reproducía las selecciones musicales que él mismo elaboraba.
Desde enero de 1993 hasta febrero de 1998, Juan Antonio estuvo sometido a un contrato fraudulento que la empresa le impuso para librarse de cotizar por él. Así, pese a ser trabajador de la casa, Juan Antonio estuvo esos 5 años contratado como falso autónomo, es decir, como empresario autónomo que prestaba sus servicios a ORM, siendo dicha emisora un cliente más de la empresa de Juan Antonio.
Desde enero de 1993 hasta febrero de 1998, Juan Antonio estuvo sometido a un contrato fraudulento que la empresa le impuso para librarse de cotizar por él. Así, pese a ser trabajador de la casa, Juan Antonio estuvo esos 5 años contratado como falso autónomo, es decir, como empresario autónomo que prestaba sus servicios a ORM, siendo dicha emisora un cliente más de la empresa de Juan Antonio. Pero en realidad él no tenía ninguna empresa, sino que trabajaba en régimen de exclusividad para ORM, sometido al poder disciplinario de la empresa y comprometiéndose por escrito a trabajar sólo para dicha emisora, en régimen de exclusividad y dependencia. Es decir, era un trabajador contratado en fraude de ley.
En febrero de 1998, ORM se decide a contratar como trabajador a Juan Antonio, pero le somete año tras año a contratos fraudulentos de obra o servicio determinado, pese a que su trabajo era permanente y, por consiguiente, merecía un contrato indefinido. Dicha situación irregular se prolonga hasta marzo de 2011, cuando ORM empieza a pensar en despedirle…pero no quiere pagarle un duro de indemnización. Entonces la empresa comete un nuevo fraude y le pasa al Régimen Especial de Artistas sin su consentimiento, pues gracias a dicha treta se libra de pagarle la indemnización por despido que le correspondería si siguiese en el régimen general de trabajadores. Aparte de que Juan Antonio no es un artista (no crea música, sino que difunde la de otros), el cambio de régimen obligaba a que Juan Antonio aceptase voluntariamente y firmase un nuevo contrato. Él nunca lo firmó, pero igualmente se le integró en el nuevo régimen y al año siguiente se le despidió sin pagarle indemnización.
Este 7 de febrero, el Juzgado de lo Social nº4 de Murcia ha declarado el carácter fraudulento de los contratos impuestos a D. Juan Antonio, considerándole trabajador indefinido de la empresa desde enero de 1993 (se convalidan de este modo los 5 años en que trabajó como falso autónomo), así como su adscripción al régimen general y no al de artistas. Igualmente, ha declarado improcedente su despido y condenado a la empresa a indemnizarle.